El pasado jueves 23 de noviembre, los volcanes que rodean Ciudad de México amanecieron cubiertos de nieve. En esta fotografía aparece el Iztaccíhuatl. Su nombre proviene de la lengua náhuatl y significa «mujer blanca». Sin embargo, esta imagen no es tan habitual.

La escena se debe a las intensas precipitaciones y el descenso de las temperaturas que han ocurrido en la región durante los últimos días a causa de un frente frío (el número 11).

En épocas prehispánicas, esta prominente cumbre era considerada un lugar sagrado que simbolizaba el vínculo entre el plano terrestre y el celestial, según explica el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH). A día de hoy, aunque ha perdido parte de este carácter divino, el volcán todavía impone respeto: y más en días como este.

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