A lo largo de los últimos meses es posible que hayas escuchado que los signos zodiacales han cambiado y que, aunque antes tu signo era Aries, ahora resulta que eres Piscis. Quizás, te haya parecido algo completamente sacado de la imaginación y de la astrología que nada tiene que ver con el mundo real. Sin embargo, ¿sabías que, científicamente, sí se han modificado los signos zodiacales?

Y es que, al fin y al cabo, los signos del zodíaco (en lo que se refiere a la asignación de cada uno en función de tu fecha de nacimiento, y no todo lo relacionado con la asociación de unos rasgos o una personalidad específica a los seres humanos) nacen de la simple observación del cielo. Si imaginas una línea imaginaria que una la Tierra y el Sol y se extienda más allá del Sistema Solar, esta línea se iría desplazando de acuerdo con el movimiento de traslación del planeta: las constelaciones zodiacales son aquellas que esa línea va señalando a lo largo de todo un año: si naces un 20 de julio serás Cáncer porque esa línea estará apuntando a un grupo de lejanas estrellas apodadas bajo el nombre de constelación de Cáncer.

Ahora bien, ¿por qué tiene tanto sentido entonces el cambio en los signos zodiacales? Pues bien, existen dos razones principales que lo explican: en primer lugar, porque los babilónicos, la primera civilización en establecer el calendario zodiacal, olvidaron agregar dos constelaciones: la de Ofiuco y la de Cetus. Por lo tanto, al integrarlas en los nuevos cálculos se han modificado las fechas asignadas a cada uno de los signos.

Pero no ha sido la única razón, y es que el propio movimiento terrestre ha ido modificando la fecha en la que cada constelación aparece alineada en el cielo, ocasionando que, aunque hace 2.000 años fuera la constelación de Tauro la que se alineara en el cielo en un determinado momento del año, ahora mismo ya no lo es. Pero no, no es culpa del movimiento de rotación ni del de traslación, si no del de precesión, el gran olvidado en lo que a desplazamientos terrestres se refiere.

¿QUÉ ES LA PRECESIÓN?

La precesión terrestre es ese movimiento lento y gradual que hace que el eje de rotación se desplace dando lugar a un cono. Se trata de un cambio en la orientación que aparece por consecuencia del achatamiento del planeta en los polos y el ensanchamiento en la zona del ecuador. De esta forma, cuando la Tierra se desplaza alrededor del Sol en el movimiento de traslación, el ensanchamiento de uno de los lados de la elíptica no se encuentra a la misma distancia del Sol que el otro, por lo que genera una fuerza que tiende a acercar el exceso de masa del ecuador hasta el plano de giro, provocando un movimiento de precesión.

Pero, ahora bien, esa diferencia de achatamiento es tan leve que el movimiento de precesión se produce de forma muy lenta y gradual: recorre una circunferencia completa cada 25.776 años, lo que significa que para recorrer un grado deben pasar 71,6 años. Si no hubiese un achatamiento y la Tierra fuera perfectamente esférica, la atracción del Sol no produciría ningún tipo de fuerza y, definitivamente, no habría ningún tipo de modificación en la precesión.

LA PRECESIÓN Y EL ZODíACO

Ahora bien, como es lógico, ese cambio en la inclinación de la Tierra, conlleva también que la posición aparente del Sol en el cielo durante un año se modifique. Y es que, si en 71 años el eje de rotación se desplaza 1 grado, también se desplazará la posición del Sol en el cielo ese mismo valor. De esta forma, a lo largo de los años, la posición en la que aparecen las estrellas se irá modificando según ese movimiento de precesión: si este marzo hay una estrella en el cielo el 21 de marzo, en 71 años la posición de esa estrella se desplazará 1 grado. De hecho, no volverá a la posición inicial hasta que la Tierra no haya cumplido el ciclo de precesión completo, es decir, hasta pasados casi 26.000 años.

De esta forma, cuando hace cerca de 3.000 años se establecieron los signos zodiacales, la posición aparente de las estrellas en el cielo estaba desplazada a cómo se encuentra actualmente. Por ejemplo, el equinoccio ocurría cuando en el cielo aparecía la constelación de Aries (por eso los nacidos en el cambio de invierno a primavera son Aries), mientras que ahora, debido a la precesión y a los grados que ha variado el eje de rotación, se ha desplazado esa fecha hasta la constelación de Piscis. Sin embargo, aunque a medida que pasen los años se seguirá modificando hacia otras constelaciones, aun quedan algunas décadas para poder disfrutar de la actual distribución.

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