Que vivimos por encima de nuestras capacidades ya no es más un mero dicho, sino un hecho que se respalda con datos. El elevado ritmo de producción y el consecuente crecimiento económico de los países coloca desafíos para el hogar que habitamos, la Tierra, que ya es incapaz de regenerarse a la misma velocidad a la que explotamos sus recursos.

Este 2 de agosto de 2023, el planeta ha entrado en déficit ecológico, y eso significa que, a partir de hoy, los ecosistemas dejarán de ser productivos durante lo que queda de año. Así lo pronostica la Global Footprint Network, la entidad que calcula con mayor rigurosidad el impacto medioambiental de los países dividiendo el consumo de recursos (denominado «huella ecológica») entre la capacidad de regeneración de la biosfera (denominada «biocapacidad»).

Cada año los expertos establecen la fecha aproximada en la que los recursos naturales del planeta se agotarán, y lo preocupante es que ese día llega cada vez más pronto. Aunque en el último lustro la tendencia se ha estabilizado, hace veinte años se estableció el Día de la Sobrecapacidad el 12 de septiembre, un mes y 10 días más tarde que la fecha actual.

Esta realidad deja al descubierto la inefectividad de las soluciones propuestas para frenar la crisis ecológica que enfrenta la humanidad, que deberían cubrir tanto la dimensión local como la global. Porque mientras algunos países, como Brasil, Angola o Ecuador, disponen de suficientes reservas naturales -aunque no infinitas- para abastecer las necesidades de su población, Catar, por ejemplo, a día de hoy necesitaría 8,2 planetas Tierra para cubrir su nivel de explotación del ecosistema.

¿Qué ocurre después del día de la sobrecapacidad de la Tierra?

Alcanzar la fecha establecida por la Global Footprint Network es significativo porque implica que, a partir de este día, comenzaremos a comprometer los recursos disponibles previstos para el futuro. Los expertos advierten de que las consecuencias de sobreexplotar los ecosistemas empiezan a ser más frecuentes en nuestra vida cotidiana, y se manifiestan en forma de incendios, deforestaciones, aumento de emisiones de gases de efecto invernadero y pérdida de la biodiversidad. 

La fecha media entre países se sitúa en el 2 de agosto, sin embargo, hay países que la rebasan mucho antes. En Estados Unidos, Canadá y Emiratos Árabes Unidos el Día de la Sobrecapacidad en 2023 fue el 13 de marzo. Y en España, el 12 de mayo. Para otros, este día llega un poco más tarde: en México, por ejemplo, se alcanzará el 31 de agosto. Y aquellos obsequiados con una abundante reserva natural, como Colombia, Cuba o Ecuador, comprenderán el exceso entre noviembre y diciembre.

La entidad lleva desde 1961 realizando el registro de estos datos, y sus pronósticos actuales son fruto de una combinación de las cifras recientes y las tendencias históricas. Los resultados sirven para que las instituciones puedan planear estrategias que frenen el avance de la fecha, que amenaza con adelantarse si la humanidad sigue consumiendo recursos al mismo ritmo que el actual. 

Hoy nos encontramos a medio camino de la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Han pasado 8 años desde su asunción por parte de los 194 miembros, y faltan 7 para que se mida la efectividad de los esfuerzos. En este sentido, los datos de la Global Footprint Network servirían como indicador para calcular cuánto se ha avanzado en términos de sostenibilidad, pero la entidad anticipa que, para llegar a los objetivos planteados, debería retrasarse la fecha 19 días cada año hasta 2030.

No tenemos más planetas Tierra

Según el informe de 2022, que surge de los datos de 2018, la humanidad necesitaría utilizar los recursos de 1,75 Tierras para satisfacer sus demandas. Sin embargo, esta cifra cambia si la analizamos a través de la huella ecológica por persona de cada país y la dividimos por la biocapacidad media, que se sitúa en 1,6 hectáreas globales por persona. Por ejemplo:

Si todo el mundo viviese como los estadounidenses, necesitaríamos 5,1 Tierras para cubrir nuestras demandas.Si todo el mundo viviese como los cataríes, necesitaríamos 7,5 Tierras para cubrir nuestras demandas.Si todo el mundo viviese como los mexicanos, necesitaríamos 1,6 Tierras para cubrir nuestras demandas.Si todo el mundo viviese como los españoles, necesitaríamos 0,28 Tierras para cubrir nuestras demandas.

Estos resultados no solo sirven para dar cuenta de la crisis ecológica que sufre el planeta, sino también para desvelar qué países están consumiendo los recursos que corresponden a las generaciones futuras. Pero la entidad insiste en que, si bien las grandes corporaciones y las instituciones gubernamentales son las que tienen más poder de acción en términos de medio ambiente, las personas también podemos calcular nuestra huella ecológica individual e implementar pequeños cambios en el día a día para vivir bien con los recursos que nos ofrece nuestra única Tierra.

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