Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha mostrado una profunda fascinación e interés por los misterios del cielo y la posibilidad de que existan seres o fenómenos procedentes de otros mundos. Sin embargo, fue a mediados del siglo XX cuando surgió un término que se convertiría en un emblema de la ufología y la cultura popular: OVNI, objeto volador no identificado.

Sin embargo, el primer nombre dado a luces o formas en el cielo desconocidas fue el de «platillo volante«, del inglés flying saucer, el cual se popularizó en 1947 debido a un error periodístico. El 24 de junio del mismo año, el piloto civil estadounidense Kenneth Arnold volaba sobre la cordillera de las Cascadas, en el estado de Washington, cuando, según contaba, observó una formación de nueve objetos con forma de búmeran que volaban a una velocidad, estimada por él, superior a los 1.500 km/h. 

El piloto describió y comparó sus movimientos con los de una piedra que rebota sobre una superficie líquida, usando la expresión «como un platillo lanzado a través del agua». El periodista Bill Bequette confundió la forma de movimiento de los objetos con su forma física, lo que resultó en el error que se ha perpetuado en múltiples ocasiones.

El concepto de los objetos voladores no identificados, no obstante, fue acuñado en la década de 1950 por el capitán Edward J. Ruppelt, quien en ese entonces dirigía el Proyecto Libro Azul de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Este proyecto tenía como objetivo investigar los informes de avistamientos de fenómenos aéreos inexplicables.

Ruppelt se percató de que había una necesidad de un término que pudiera englobar todas las observaciones de objetos en el cielo que no pudieran ser identificados de manera convencional. Fue así que decidió utilizar la expresión «Unidentified flying object», abreviado como UFO, es decir, «objeto volador no identificado», OVNI en español. Este término permitía describir cualquier objeto en el cielo que no pudiera ser atribuido a aviones conocidos, globos meteorológicos u otras explicaciones convencionales.

A medida que se difundió el uso del término OVNI, comenzaron a surgir numerosos avistamientos y relatos de encuentros cercanos con supuestas naves espaciales extraterrestres. La cultura popular y los medios de comunicación se hicieron eco de estos relatos, generando un creciente interés en el tema y dando lugar a la proliferación de libros, películas y programas de televisión o radio sobre extraterrestres y fenómenos inexplicables. 

El término OVNI se convirtió en una etiqueta para cualquier objeto en el cielo que desafiara las explicaciones convencionales, y su popularidad creció exponencialmente. Sin embargo, es importante destacar que el término OVNI no implica necesariamente la existencia de visitantes extraterrestres. Simplemente hace referencia a algo que no se puede identificar o explicar en ese momento.

A lo largo de las décadas, el estudio de los OVNI ha generado un amplio debate en tanto entre la comunidad científica como entre el público en general, y ha dado lugar a teorías tanto escépticas como a otras de índole religiosa. Mientras algunos consideran que la mayoría de los avistamientos pueden explicarse por fenómenos naturales, errores de percepción o fraudes, otros sostienen que algunos casos podrían tener un origen extraterrestre legítimo.

Independientemente de las posturas individuales, el término OVNI ha dejado una huella indeleble en la cultura popular y sigue siendo empleado en la actualidad para describir cualquier avistamiento o fenómeno aéreo inexplicado. En la actualidad, el misterio que envuelve a estos objetos voladores no identificados continúa fascinando a millones de personas en todo el mundo, alimentando la imaginación y la especulación sobre la posibilidad de vida extraterrestre.

Facebook Comments