Una de las verdades universales sobre los gatos es que aman las cajas, especialmente si son de cartón. ¿Cuántas veces, al comprarle algo nuevo, el gato se ha mostrado más interesado en el contenedor que en el contenido? Pero este comportamiento aparentemente extraño es muy lógico desde el punto de vista evolutivo.

Estas son algunas razones por las que los gatos adoran las cajas, especialmente si son de cartón.

Son un gran escondite

La principal razón por la que los gatos aman las cajas es que son espacios confinados con un solo lado abierto y les proporcionan una gran sensación de seguridad. Estos animales son depredadores de pequeño tamaño, por lo que también pueden ser presas. Incluso en un espacio seguro su instinto les dice, acertadamente, que una caja es un refugio mucho más seguro que una cama o un sofá.

No solo les oculta, sino que solo tienen que estar atentos a lo que pasa en una dirección ya que, al contrario que los herbívoros, no tienen una visión panorámica. En una caja, cualquier eventual amenaza tiene que entrar directamente en su campo de visión y por lo tanto nada les pillará por sorpresa, permitiéndoles reaccionar a tiempo y, si es necesario, escapar.

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Son un lugar de acecho

Además de una buena madriguera, una caja es (o sería) un buen lugar para emboscar a su comida. Los gatos son cazadores de acecho, cuyas presas son animales pequeños y ágiles, por lo que deben atraparlos permaneciendo ocultos hasta el momento del ataque. Además, debido a su reducido tamaño, es mejor esperar a que las presas lleguen por sí mismas. Su instinto les lleva a elegir los lugares discretos como lugar de reposo, ya que desde allí pueden vigilar si se acerca algo que les pueda interesar.

Evidentemente un gato doméstico no necesita cazar, pero en el ámbito del hogar esto no se refiere solo a las presas, sino a las personas y otros animales con los que conviven. Los gatos son animales territoriales y les gusta tener controlado su entorno, especialmente si hay otras mascotas en casa y no tienen una relación especialmente amistosa con ellas: aunque no sean “enemigos”, sí querrán evitarlos en la medida de lo posible. Los gatos solitarios, en particular, suelen preferir los lugares confinados en los que puedan descansar sin ser molestados.

Son un lugar seguro en situaciones de estrés

Un estudio de la Universidad de Utrecht reveló que las cajas son una herramienta muy útil para ayudar a los gatos a adaptarse a situaciones de estrés como puede ser un cambio de hogar. El experimento se realizó con 19 gatos que llegaron a un refugio: a diez de ellos se les puso una caja en su espacio designado, mientras que a los nueve restantes no.

Se comprobó que los que disponían de una caja se adaptaron mejor y más rápidamente a su nuevo entorno; a partir del tercer día en el refugio, los que tenían cajas mostraron un comportamiento más seguro. Lo que desde fuera puede verse como una simple caja es, para un animal en situación de estrés, una cueva donde no solo puede estar seguro, sino aislarse de elementos estresantes del exterior como el ruido y el movimiento de personas y otros animales.

¿Por qué las de cartón en particular?

Todo esto tiene mucho sentido, pero ¿por qué los gatos parecen mostrar especial devoción por las cajas de cartón? La respuesta está en las propiedades del material en sí. El cartón es un aislante excelente y tiene una textura agradable para tumbarse en él; en verano, además, no da tanto calor como una superficie de tela como puede ser una cama.

Por otra parte, una caja de cartón es a la vez refugio y rascador. A los gatos les gusta afilarse las uñas y este material cumple muy bien dicha función. Además, al contrario que muchos rascadores convencionales, pueden morderlas y romperlas: es sabido que estos pequeños felinos tienen una cierta vena destructiva ya que tienden a aburrirse, de modo que una caja de cartón es un juguete perfecto para liberar el estrés.

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