La NBA ya le ‘hace hueco’ a Victor Wembanyama ‘Wemby’, un joven de 19 años que, sin haber pisado aún el parquet de los grandes pabellones de Estados Unidos, mete presión a las figuras más grandes de la mejor competición del mundo. Consciente de sus cualidades, el candidato principal al número uno del Draft 2023 sigue un estricto plan de preparación para llegar con paso firme a los escenarios más grandes del mundo del baloncesto.

En silencio, escapando de los focos y centrado en una preparación de élite, el pívot francés de los Metropolitans (equipo de la liga francesa al que se mudó para no jugar la Euroliga) trabaja con cabeza, sin sobrecargas, para ‘romper’ la NBA en 2023.

A la par, la superindustria de la NBA se ha encargado de preparar una supercampaña de promoción, organizando dos amistosos de visionado gratuito en Las Vegas para que la afición pueda conocerlo. En estos choques se han medido el Metropolitans (su equipo) y el Ignite, un equipo de formación impulsado por la propia liga norteamericana en el que milita Scoot Henderson, el favorito al número dos del Draft.

En la batalla de ‘rookies’ se ha impuesto Wembanyama, un hombre que ha conseguido un promedio de 36,5 puntos, 4,5 triples y 4,5 tapones en estos dos encuentros, ante un Scoot que terminó con un golpe en la rodilla. Así, todas las miradas apuntan al francés, un jugador que incluso ha captado la atención del mismísimo LeBron James, espectador de esos encuentros.

Wembanyama es más bien un alien

«En los últimos años parece que todo el mundo es un unicornio (expresión utilizada en la NBA para definir a los grandes cracks). Wembanyama es más bien un alien. Nunca hemos visto alguien tan alto, pero a la vez tan fluido y tan grácil como lo es él en la pista. Es un talento generacional», expresó el jugador de los Lakers.

Es precisamente esa cualidad observada por Lebron, su gran agilidad a pesar de su talluda figura, la que le convierte en un hombre con unas cualidades diferentes para convertirse en dominador del baloncesto americano.

La clave de esto es, en gran parte, la genética. Wembanyama es hijo de Elodie de Fautereau, exjugadora profesional de baloncesto, y de Félix Wembanyama, saltador de longitud de origen angoleño que le enseñó como ser el más rápido. El francés sabe que tiene los ‘ingredientes genéticos’ necesarios, pero además trabaja duro para llevarlos al máximo de su potencial.

El Barça intentó quedárselo

El fenómeno Wembanyama ha explotado en estos días gracias al escaparate de la NBA, pero lo cierto es que en el mundo del baloncesto son muchos los que tenían su nombre apuntado. Entre ellos aparece el Barça, combinado que le invitó a disputar la Minicopa cuando tenía tan solo 14 años, aunque luego el jugador no entró en la disciplina culé (como sí hizo Doncic cuando el Real Madrid utilizó la misma estrategia) optando por quedarse en Francia.

En su país siguió creciendo en el club en el que empezó, el Nanterre, y siguió después en el ASVEL, aunque donde se dio a conocer fue con la camiseta de su selección en el Mundial sub 19, una competición que le permitió dar el salto a la Euroliga, aunque no por mucho tiempo. El jugador decidió irse al Metropolitans, el mejor equipo de Francia entre los que no juegan en Europa para ser entrenado por Vincent Collet, selecionador francés que muy probablemente le hará debutar en noviembre.

El jugador tiene muy claro cuál es el camino hacia la NBA, y ello no solo implica la selección de equipo realizada, sino también una exhaustiva preparación física. Por ello, ya se ha puesto en manos de un entrenador personal, trabajó en Estados Unidos con Melvin Sanders (exjugador experto en biomecánica) y también en Alemania con el que fuera preparador de Nowitzki, Holger Geschwindner.

Por el momento, el jugador sigue los pasos indicados para llegar a lo más alto de la élite del baloncesto, y si no se equivoca, parece ser el llamado a dar la sorpresa en el curso que arrancará en 2023 en la NBA.

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