PESTAÑA j4-borussia-dortmund-sevilla-champions-2022-23 Crónica 4 COMPONENTE Ficha Crónica 2326795 Hay mejoría del Sevilla con Sampaoli , una evidencia, pero llega de tan abajo que la progresión no le alcanza de momento para consignar éxitos. En Alemania jugó con carácter y propiedad, pero el empate ante Dortmund le deja casi fuera de la Champions. No suena el Westfallen Stadium como suele, ese rugido bravío de la afición amarilla con su grada sur de una pieza, de arriba a abajo sin pliegues, eufórica cuando su equipo se apresta a una tarde de fútbol en la industrial Dortmund. El Borussia está ya medio clasificado y la tensión desciende en este templo germano a la afueras de la ciudad. El Sevilla muestra personalidad en Alemania, el mejor detalle de su puesta en escena. Juega con carácter, asume el gobierno del partido, presiona al enemigo, quiere empujar cerca del portero adversario, se hace presente ahora que se encuentra con el agua al cuello en la Champions. Sampaoli ha borrado del equipo a Isco, el futbolista que no tiene suerte con su mentor. Tres veces se ha alistado como indispensable para Lopetegui y tres veces se han separado sus caminos cuando el malagueño creía haber encontrado su Eldorado. Sampaoli prescinde de Isco y, sin que eso signifique un caso de acción-reacción, el Sevilla actúa con propiedad. Combina con jerarquía al primer toque, saca el balón desde la defensa con riesgo con la intención de mantener la posesión, se instala en el campo del Dortmund, se emplea con determinación y energía en los balones divididos. Rakitic tiene la primera en un buen avance de Jesús Navas, que la pone dulce como en sus buenos tiempos. La siguiente va derecha a la red. El toque tenso de Rakitic en la falta y el cabezazo de Nianzou picando el balón abajo, imposible para Kobel. Lo mejor del Sevilla es que no retrocede, no se mira el ombligo ni especula con el gol. Maneja el mismo código con el marcador a favor. El duelo se vuelve intenso y agradecido a la vista, partido de brío y ambiciones compartidas. El Dortmund se aplica ante su hinchada al aprovechar alguna duda en la salida del balón de los andaluces. Adeyemi avisa en una contra y a la siguiente, la progresión veloz que conduce Menier por la derecha acaba en un remate certero de Bellingham a gol. El británico culmina con destreza su radiante personalidad en el campo: se mueve con naturalidad, hace lo que pide la jugada, llega con facilidad. El Sevilla persevera en la idea, Lamela la tiene solo para empujar, Sampaoli refresca con Isco y Januzaj , pero el partido se decanta del lado de los alemanes, ya que se impone su físico, la mayor resistencia al esfuerzo, el corpachón de Sule y sus 100 kilos de hueso largo. Rakitic y Navas aún generan un par de oportunidades al comienzo de la segunda mitad, pero el asunto parece insuficiente ante el mayor empuje de los teutones, que ya parecen un equipo alemán en toda regla. Las apariciones de Bellingham hacen daño. Es el jugador con más entidad en el campo, y está bien acompañado por Meunier y Guerreiro, que también se hace hueco por la banda izquierda, donde a Navas le fallan los pulmones para atacar y defender. El control del partido de los germanos no favorece al Sevilla, que no encuentra la manera de progresar salvo en los detalles de calidad de Isco . El acelerón final de los hispalenses no les vale para dar la vuelta a una Champions que ha sido efímera.

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