El águila perdicera -Aquila fasciata- es un ave rapaz emblemática de todo el Mediterráneo que se encuentra en declive en áreas del centro y del norte de la península ibérica. En la isla de Mallorca, desapareció en la década de 1970 como consecuencia de una intensa persecución humana, a pesar de ser una especie clave en el medio natural como depredadora de aves y mamíferos y fundamental para mantener el del equilibrio del ecosistema.

En 2011, el gobierno de las Islas Baleares, con el apoyo del Proyecto LIFE, inició el programa de reintroducción de esta águila en la isla de Mallorca. Desde su comienzo, el plan ha contado con la colaboración científica del Grupo de Biología de la Conservación de la Universidad de Barcelona y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad -IRBio-, un equipo que ha elaborado los análisis demográficos para validar las estrategias más eficientes en la reintroducción. La iniciativa ha sido todo un éxito y hoy se calcula que habitan en Mallorca cerca de 40 águilas perdiceras, entre ellas 9 parejas reproductoras.

El estudio, publicado en la revista Animal Conservation, de la Sociedad Zoológica de Londres bajo el título Raptor reintroductions: Cost-effective alternatives to captive breeding, examina la eficacia a escala demográfica y económica de las diferentes estrategias basadas en la liberación de aves de diversas edades y orígenes, es decir, procedentes de la cría en cautividad o nacidas en libertad. En este sentido, el profesor Joan Real, jefe del equipo de Biología de la Conservación de la UB, explica que «el éxito de la reintroducción de especies amenazadas en el medio natural depende de varios factores, como la cantidad y la edad de los individuos reintroducidos, la calidad del hábitat de destino, los métodos de reintroducción empleados, el origen de los individuos reintroducidos y, obviamente, las características biológicas y ecológicas de cada especie».

Así, mediante un balance coste-beneficio, con indicadores biológicos y económicos, los expertos han comparado tres metodologías: la cría de águilas en cautividad y la posterior liberación de los especímenes jóvenes en el medio, más conocida como CaptHack; la liberación de ejemplares jóvenes nacidos en la naturaleza y después traslocados, NestHack; y la liberación de águilas no juveniles procedentes de centros de rehabilitación, WildTrans.

A la búsqueda de la mejor estrategia

El sistema de liberación de águilas no juveniles-WildTrans- habría sido la estrategia más exitosa en la reintroducción del águila perdicera en Mallorca. «Este sistema permite liberar individuos maduros sexualmente, o casi maduros, y más experimentados. Eso facilita que se reproduzcan y hagan crecer la población más rápidamente en los primeros años de la reintroducción, que es el período más crítico», precisa Jaume Badia-Boher, miembro del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales UB y primer autor del artículo.

El sistema de liberación de águilas no juveniles-WildTrans- habría sido la estrategia más exitosa en la reintroducción del águila perdicera en Mallorca

En comparación con el resto de las alternativas testadas, la liberación de ejemplares no juveniles también es la estrategia más económica en términos de recursos económicos y humanos. Además, es la única opción que garantiza la persistencia de la población de águilas a largo plazo en los contextos de limitación de recursos logísticos evaluados.

El entorno isleño de Mallorca también podría haber favorecido los resultados de la estrategia mencionada: «La barrera natural del mar, en este caso, podría haber limitado la tendencia de las águilas liberadas de volver a las poblaciones de origen, un hecho que se puede dar en especies con una alta capacidad de dispersión», comenta el profesor del IRBio, Antonio Hernández-Matías.

'Vent' es un águila perdicera macho liberada con éxito en la isla, en este caso, con la metodología NestHack.

Aquila fasciata, una especie particularmente amenazada por la acción humana

Además de los factores citados, en la compleja ecuación para lograr una reintroducción exitosa se incluye el buen conocimiento de la biología y la ecología de la especie, así como la experiencia en la gestión y la disponibilidad de recursos para criar animales en cautividad con éxito para liberarlos posteriormente.

Como la mayoría de rapaces diurnas, estas aves alcanzan la madurez sexual relativamente tarde y hacen puestas de pocos huevos, entre uno y dos polluelos por pareja y año. La baja productividad anual de polluelos provoca a su vez que las poblaciones salvajes, así como las reintroducidas, con un número muy reducido de individuos, tengan un crecimiento muy lento.

Como consecuencia, las poblaciones de rapaces son muy sensibles a impactos tanto naturales como humanos. «Todos estos factores hacen de las rapaces uno de los grupos animales más amenazados del mundo. Por ello, para poder alcanzar resultados positivos, las reintroducciones de estas especies exigen años de esfuerzos, persistencia y liberaciones sostenidas en el tiempo», señalan los autores.

La mortalidad causada por la acción humana, a causa, por ejemplo, de accidentes con las líneas eléctricas, persecución, envenenamientos accidentales o provocados, etc., dificulta aún más las posibilidades de supervivencia de las águilas reintroducidas en el medio. «Por ello, antes de reintroducir una especie es necesario evaluar cuidadosamente si las condiciones son adecuadas, lo que puede requerir la aplicación de medidas que disminuyan la magnitud de las fuentes de peligro causadas por el hombre», advierten desde el equipo.

Conservar y proteger la biodiversidad como acción prioritaria

La biodiversidad se reduce día a día en diferentes puntos de todo el planeta. En este contexto de crisis biológica, mejorar los hábitats naturales es la primera estrategia para conservar la biodiversidad. Como condición previa, sin embargo, es necesario eliminar los factores que afectan a la viabilidad de las especies, las causas de su mortalidad, disponibilidad de alimento, entre otros.

La liberación de animales en un nuevo entorno es una metodología de conservación ex situ que habría que aplicar solo cuando no existen alternativas in situ para proteger la biodiversidad

La liberación de animales en un nuevo entorno es una metodología de conservación ex situ que habría que aplicar solo cuando no existen alternativas in situ para proteger la biodiversidad. Esta solución medioambiental exige cumplir varios requisitos antes de ponerla en práctica. Entre ellos, que la especie en cuestión se haya extinguido en el área donde habitaba originalmente y que el proceso de reintroducción no altere o ponga en peligro las especies autóctonas o procesos ecológicos clave.

Uno de los factores que dificulta la valoración de los planes de reintroducción de especies es la falta de programas de seguimiento a largo plazo de las poblaciones reintroducidas. Impulsar estos estudios será decisivo para conocer la dinámica poblacional de los nuevos individuos, evaluar la efectividad de las medidas tomadas y determinar los componentes decisivos en el éxito o el fracaso de las reintroducciones en diferentes escenarios.

Y en este sentido, el estudio publicado en la revista Animal Conservation aporta una perspectiva inédita a un ámbito de la ecología sobre el que todavía hay pocos estudios en el medio natural. «Basándonos en nuestros resultados, consideramos que esta estrategia podría ser más efectiva con especies en las que la cría en cautividad sea muy costosa, y en islas o con especies sin alta capacidad de dispersión. Sin embargo, la investigación en este ámbito y la ciencia todavía es escasa», concluyen los autores.

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