El nadador estadounidense Ryan Murphy reabrió un debate de lo más polémico durante los Juegos Olímpicos de Tokio. El norteamericano fue bronce en los 100 metros espalda y plata en los 200 metros, para posteriormente insinuar que no pondría la mano en el fuego por la limpieza la prueba, apuntando a un posible dopaje de los nadadores rusos.