El nadador estadounidense Ryan Murphy reabrió un debate de lo más polémico durante los Juegos Olímpicos de Tokio. El norteamericano fue bronce en los 100 metros espalda y plata en los 200 metros, para posteriormente insinuar que no pondría la mano en el fuego por la limpieza la prueba, apuntando a un posible dopaje de los nadadores rusos. 



<p>Imagen de archivo de la bandera olímpica (izquierda), ondeando junto a la bandera rusa.</p>
<p>» data-type=»src» class=»ui-lazy» src=»https://imagenes.20minutos.es/files/image_656_370/uploads/imagenes/2016/12/08/320061.jpg»> </figure>
<p> </a> </article>
<p class=«Es un enorme desgaste mental a lo largo del año el pensar que estoy nadando una carrera que probablemente no sea limpia, y es lo que hay», comentó Murphy en rueda de prensa. «Los que saben más de esta situación tomaron ya las decisiones que tomaron. Me frustra, pero tengo que enfrentarme a los que están a mi lado. No tengo la capacidad de entrenarme para los Juegos Olímpicos y también de poder influir en la gente que toma malas decisiones», lanzó un dardo al COI por permitir que el Comité Olímpico Ruso participase en Tokio 2020.

Pese a que Murphy dejó claro que no tenía ninguna intención de señalar a ningún rival en concreto o acusar a nadadores específicos, aunque tenía claro que hay doping en la piscina. 

Desde el Comité Olímpico Ruso contestaron al estadounidense mediante un comunicado. «El viejo órgano ha empezado a tocar de nuevo la pieza sobre el dopaje ruso mediante las voces de los deportistas ofendidos por las derrotas», rezaba el texto.

Sin embargo no sólo se escucharon quejas de Murphy, pues el británico Luke Greenbank también se sumó a la causa. El nadador declaró que para él «es muy frustrante saber que existe un programa de dopaje y no se toman medidas para combatirlo».

Facebook Comments