La nueva estrategia ha causado inquietud entre los activistas y las personas que se recuperan de trastornos alimentarios, pues dicen que algunas de las medidas del plan pueden resultar perjudiciales.

La última estrategia de Boris Johnson para combatir el coronavirus tiene como objetivo hacer que Gran Bretaña sea más saludable, pero los activistas están preocupados por el impacto que tendrá la política en las personas que sufren trastornos alimentarios.

 

El gobierno de Johnson lanzó su estrategia Better Health en un esfuerzo por combatir los altos niveles de obesidad del país en medio de la pandemia.

Gran Bretaña tiene una de las tasas más altas de obesidad en todo el mundo, con casi uno de cada tres adultos clasificados como obesos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En Inglaterra, 11.117 ingresos hospitalarios se atribuyeron a la obesidad en el año 2018-2019. Esa información es particularmente preocupante para los funcionarios a la luz de la pandemia.

Ser obeso o tener sobrepeso elevado aumenta el riesgo de muerte por covid-19, según el Instituto de Salud Pública de Inglaterra. El gobierno del Reino Unido cree que el 63% de los adultos están por encima de lo que se consideraría un peso saludable.

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