El estadounidense Edmund White (Cincinnati, 1940) escribió hace un par de décadas una breve –pero notable y precisa– biografía de Marcel Proust. Hay algo del francés en la elegancia de su prosa, pero también mucho de Henry James, por sus diálogos y también por esa añeja y tensa exploración de las diferencias y contactos entre lo norteamericano y europeo.

La reciente Una vida anterior –de 2022, en inglés– aporta un giro a libros del autor de temática gay como Historia de un chico o La habitación está vacía. También en la nueva novela hay un toque autobiográfico, pero atravesado por la metaficción: la novela transcurre en 2050 y entre sus brumas, desde el inicio, aparece en segundo plano un tal Edmund White, fallecido ya hace décadas.

La construcción tiene algo de un Decamerón a dúo: el aristócrata siciliano, Ruggero, también famoso clavecinista, tiene un accidente de ski en una localidad suiza y mientras dura la convalecencia se leen con su mujer, Constance, las memorias personales de cada uno sin privarse de ser explícitos sobre sus previas carreras amorosas y sexuales. Ella, una bella huérfana afroamericana treintañera, tiene cuarenta años menos que el refinado Ruggero. Así –entre tantas sorpresas, que no excluyen el abuso, el sadomasquismo o la pronografía– se llega al par de años en que Ruggero estuvo obsesionado con White y la propia obsesión de Constance por descubrir –consultando los archivos del escritor en una universidad– si todo lo que su marido cuenta es cierto. Una novela escrita con estilo y un dejo decadentista que contagia a ese futuro nada futurista.

Una vida anterior

Por Edmund White

Blatt&Ríos. Trad.: Ariel Schettini

336 páginas, $ 23.500

 

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