Carles Puigdemont, candidato de Junts a la Generalitat de Cataluña, quiere que la CUP apoye su investidura como president de la Generalitat, pero descarta que los anticapitalistas puedan tener un papel en su futuro Govern. Así lo ha afirmado el mismo Puigdemont en la rueda de prensa de la agencia EFE celebrada este martes en Argelers. «No les haré ninguna oferta para gobernar», ha afirmado, de forma tajante, después de apuntar que tienen programas electorales muy diferentes. «La conversación duraría segundos», ha añadido.

Sobre ERC, ha dado por hecho que se podrían poner de acuerdo en la mayoría de temas sectoriales, pero les ha instado a aclarar si su prioridad será un gobierno independentista o un tripartito con el PSC y los Comuns. Así lo ha inquirido después de que el candidato del PSC, Salvador Illa, haya dado por hecha esta posibilidad. Puigdemont dice que no le sorprendió el planteamiento del líder socialista y ha celebrado que «finalmente vayan cayendo todas las máscaras». Por este motivo, ha pedido a «los otros componentes de un hipotético tripartito», y especialmente a ERC, que aclaren sus prioridades.

En cambio, a quién Puigdemont ha vuelto a sacar de toda ecuación es a la extrema derecha de Aliança Catalana. Puigdemont ha desdeñado su programa por hablar solo de inmigración y ha descartado cualquier pacto, directo o indirecto, con una formación que ha definido como del «extrarradio».

Inmigración

Justamente, en materia de migraciones, el candidato de Junts también ha desarrollado un poco más su programa electoral, y ha propuesto que las empresas se «corresponsabilicen» con el aprendizaje del catalán de sus trabajadores recién llegados, y que puedan hacer cursos de lengua durante la jornada electoral. «No podemos eximir a nadie del cumplimiento de la ley, tenemos todo el derecho del mundo a ser atendidos en catalán», ha expresado, tras asegurar que es una exigencia legal y una «obligación» de las empresas.

En este punto, también ha dicho que Cataluña tiene «necesidad de inmigración» y que el discurso de «cero inmigrantes no es realista», pero ha apuntado que «los flujos actuales» no han sido los «correctos».

Regreso a España

Así lo ha explicitado en el mismo contacto informativo en el que ha dado por hecho que volverá a Cataluña en junio, cuando se produzca el primer debate de investidura en el Parlament, a pesar de que se pueda tratar de una sesión «instrumental», simplemente para que empiece a correr el reloj de los dos meses para pactar. Un debate que, como muy tarde, se tendría que producir el 25 de junio.

Puigdemont ve probable que la justicia española «no pueda resistirse» a practicar una especie de detención técnica, para conseguir la «imagen que han estado buscando durante seis años y medio», a pesar de que en aquel momento ya esté aprobada la ley de amnistía. Sin embargo, sea como sea, el candidato de Junts ve «muy poco recorrido» a esta detención y asegura que, con la norma en vigor, los tribunales ya no podrán «interferir en el Parlament».

Cierre de campaña en Elna

Finalmente, el candidato ha vuelto a descartar que pueda regresar a Cataluña durante la campaña electoral para dar un último golpe de efecto, como se ha especulado en lo últimos días. Puigdemont ha reconocido que ha sido una opción que algunos han puesto sobre la mesa, pero dice que lo ha descartado «rotundamente». «No he estado seis años y medio defendiendo que esta institución no puede ser encarcelada para, después, hacer un regreso al servicio de un partido, aunque sea el mío», ha manifestado.

De hecho, Junts, que preveía cerrar la carrera con un acto en Barcelona, ha cambiado de planes y citará a militantes y simpatizantes en Elna. La idea inicial era presentar el acto del viernes como «la última pantalla» antes del regreso, pero finalmente el equipo de campaña ha preferido mantener el calor de la presencialidad y seguir con la movilización de autobuses hasta el sur de Francia.

 

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