La primera victoria de Lando Norris en 110 presentaciones en la Fórmula 1, el final del reinado de Max Verstappen en el Gran Premio de Miami, las repercusiones de la salida de Adrian Newey de Red Bull Racing… Situaciones que rebotan en el paddock. El calendario del Gran Circo desembarcará dentro de una semana en Europa y la recepción será en el tradicional circuito de Imola, aunque el legendario GP de San Marino desde hace tres temporadas dio paso al de Emilia Romaña.

La pequeña pausa entre carreras –el primer triplete será entre el 23 de junio y el 7 de julio con las citas en Montmeló, Spielberg y Silverstone– ofrece dos singularidades, camino al séptimo episodio de 2024: la presión por la amenaza de suspensión con la que correrá Kevin Magnussen, de Haas, el resto del año y la reaparición de Mick Schumacher, el hijo de Michael, en un monoplaza de Mercedes.

El futuro de Magnussen en la F. 1 es incierto y las amonestaciones que recibió el danés de parte de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) en el actual curso no son síntomas positivos como para que se apodere de alguno de los asientos libres que ofrecen las escuderías para 2025. Las nueve temporadas en tres ciclos –se ausentó en 2015, tras su estreno de un año antes en McLaren, y en 2021, cuando Haas lo desvinculó luego de cuatro calendarios– nunca expusieron al piloto de 31 años en una situación apremiante como la actual. Los cuatro incidentes que protagonizó en seis grandes premios acortan el margen de error, porque Magnussen quedó a dos puntos de penalización de ser suspendido por una carrera: el paso por Miami resultó catastrófico para el danés, que recibió cinco puntos de castigo y duplicó los que acumulaba.

El incidente de Kevin Magnussen con Logan Sargeant en Miami

Los puntos en el carnet permanecen doce meses, por lo que Magnussen estará en condiciones de restar recién en marzo de 2025, un mes demasiado lejano para el manejo áspero que muestra el danés en la actual temporada. Por cierto, inició el año sin penalizaciones en la licencia y en seis fechas hizo la peligrosa cosecha que lo empuja a tomar recaudos, a evitar acciones al límite en sobrepasos y en defensa de posiciones.

La serie de castigos comenzó en la segunda carrera de la temporada, en Yedá, cuando fue considerado total o predominantemente culpable de una colisión con Alex Albon (Williams); los comisarios deportivos aplicaron tres puntos al nórdico. En Shanghái se lo encontró predominantemente culpable de un accidente de Yuki Tsunoda (RB), y la sanción fue de dos unidades. Con esas cinco de multa arribó a Miami, donde tuvo un fin de semana calamitoso: por haberse salido de la pista, haber retomado y ganado ventaja en una pulseada contra Lewis Hamilton (Mercedes) en la carrera sprint, recibió tres puntos; al día siguiente, en la competencia principal y por ser el culpable de un choque de Logan Sargeant (Williams), agregó dos puntos a la tabla de punitivos, totalizó 10 y quedó a dos del tope que conlleva la suspensión.

El paso por el circuito estadounidense tuvo descontentos a varios rivales por el modo conductivo de Magnussen, que en ocasiones fue un escudo para que su compañero de equipo, Nico Hülkenberg, sumara puntos –de los positivos– en la sprint. Cuatro veces se salió de la cinta asfáltica y fue sancionaron con 35 segundos. Los comisarios deportivos no consideraron que se tratara de una conducta antideportiva, pero Andrea Stella, director del equipo McLaren, tuvo términos duros contra el piloto danés: “Tenemos un caso de comportamiento intencionado en términos de dañar a otro competidor y este comportamiento se perpetúa en la misma carrera y se repite a lo largo de la misma temporada. Cinco [segundos], más cinco… Quizás necesita pasar un fin de semana en casa en familia y reflexionar sobre su deportividad luego de volver. Es completamente inaceptable”, expuso Stella.

Las comisarios del gran premio tomaron nota y se especula con que se desarrollará un debate para que sean sancionadas las infracciones repetidas de modo individual y así desalentar situaciones como las que protagonizó el piloto de Haas en Miami.

El opuesto de Magnussen, que está en una situación delicada en la temporada, es Mick Schumacher, que hace un par de años perdió su asiento en la Fórmula 1, después de participar durante 2021 y 2022, también en Haas. El hijo de Michael se alternará en la butaca con el joven talento italiano Andrea Kimi Antonelli en tests de Mercedes en Silverstone. Piloto de pruebas de la escudería de Brackley, no hay indicios de que el alemán de 25 años tenga ofertas para regresar al Gran Circo en esta temporada. Sin espacio entre los 20 autos que componen la grilla, el deseo de Mick es tener una segunda oportunidad. Y la llave sería Alpine.

La conexión Mercedes-Williams sería la línea lógica para Schumacher, ya que la fábrica de Brackley provee de motores a la escuadra de Grove. Albon y Sargeant terminarán los contratos en 2024, pero Mick no sería el segundo Schumacher –detrás de su tío Ralf, que participó en 94 grandes premios, con seis victorias– en desembarcar en el equipo que creó sir Frank junto a Patrick Head. La relación que estableció con Alpine, marca para la que compite en el Mundial de Resistencia junto a los franceses Nicolas Lapierre y Matthieu Vaxivière, se ofrece como la oportunidad más cercana: los titulares Esteban Ocon y Pierre Gasly necesitan renovar sus asientos el próximo año.

La prueba en Silverstone y con Mercedes será un examen de magnitud para Schumacher, que en las escasas posibilidades que le ofrece la categoría necesita exhibir sus virtudes y el crecimiento como piloto para atrapar la atención de los jefes de equipo y poder cumplir el sueño de regresar a la Fórmula 1.

 

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