Luis Rubiales, expresidente del ente rector del fútbol español -la Real Federación Española de Fútbol (RFEF)-, deberá afrontar un juicio en el que es acusado de agresión sexual y coacciones por el beso en la boca que le dio a la jugadora Jenni Hermoso en la entrega de medallas del Mundial de fútbol femenino de 2023 en el que la selección española se consagró campeona. Así lo ordenó la Audiencia Nacional española, que también estableció que Rubiales debe pagar 65.000 euros de resarcimiento y otros 65.000 euros junto a otros dirigentes en el plazo de 24 horas, que solo les serán devuelto si es declarado inocente en el juicio.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó una condena a dos años y seis meses a Rubiales: un año de prisión por el supuesto de agresión sexual y un año y seis meses por el delito de coacciones en concepto de autor. Para el Ministerio Público, el expresidente presionó de manera ilegal a la jugadora, que logró el balón de plata en el mundial, para que diga que hubo consentimiento.

La Fiscalía también pidió un año y seis meses por presuntas coacciones al entonces entrenador de la selección, Jorge Vilda; al en ese momento director deportivo de la selección, Albert Luque; y al responsable de Marketing de la RFEF, Rubén Rivera. Los cuatro acusados tendrán un plazo de diez días para presentar su defensa ante el Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional.

El beso y las actuaciones posteriores

En enero de este año el juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge propuso juzgar a Rubiales al considerar que el beso a la jugadora “no fue consentido” y que el exdirigente actuó de forma “unilateral y sorpresiva”. El magistrado sostuvo en su resolución que “las presiones a las que se sometió a la jugadora crearon” en la futbolista de la Selección femenina “una situación de ansiedad e intenso estrés”.

Además de Rubiales, el magistrado propuso enviar al banquillo a Luque, Vilda y a Rivera por las presiones posteriores a las que se sometió a la jugadora. Según el juez, existió “una acción concertada de los tres”, acordada con Rubiales, “para doblegar la voluntad de Hermoso y conseguir que accediera a grabar un video en el que dijese que el beso había sido consentido”.

La jugadora en un principio se mantuvo en silencio, pero luego declaró sentirse víctima de una situación no consentida. Ante el respaldo de toda la RFEF a Rubiales, Hermoso renunció a la selección, junto con otras 80 futbolistas.

Jenni Hermoso, sobre el beso de Rubiales: “Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto machista”

El caso escaló en España, Europa y todo el mundo. Altos cargos del gobierno de Pedro Sánchez pidieron la renuncia de Rubiales. Fue la FIFA la que, ante la inacción de la RFEF -que lo respaldó- cortó con la carrera del exlíder del fútbol español: Gianni Infantino ordenó suspender al dirigente español.

Problemas judiciales

Este caso no es el único juicio que afronta Rubiales. El mes pasado fue detenido al llegar a España desde República Dominicana en el marco de una causa por supuesta corrupción cuando era presidente de la RFEF. La Justicia española lo investiga por “presuntos hechos delictivos asociados a la corrupción en los negocios, administración desleal y blanqueo de capitales”.

El extitular del fútbol español también acumula denuncias por posible arreglo de partidos. En 2022 el diario español El Confidencial publicó documentos y audios de Rubiales y otras conocidas figuras, como el exfutbolista Gerard Piqué, en el que Rubiales afirmaba que se encontraba negociando que se juegue la supercopa española en Arabia Saudita, pero siempre con la condición de que el Barcelona y el Real Madrid tengan que participar. En los audios hablaban de comisiones de 24 millones de euros por parte del país árabe.

Con información de DPA

 

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