Coincidiendo con el primer día de clases, la Federación de la Universidad de Buenos Aires (FUBA) convocó a una acción de protesta en la sede central del Ciclo Básico Común (CBC). El foco de la protesta estaba en alzar la voz en contra del congelamiento del presupuesto universitario dispuesto por el Gobierno de Javier Milei.

El ajuste implementado por la administración de Javier Milei, aseguran, pone en riesgo el funcionamiento de la institución, así como del resto de las casas de altos estudios.

A primera hora de esta mañana, en la sede principal del CBC, ubicada en Parque Centenario, alrededor de 50 estudiantes se reunieron para realizar un Último primer día (UPD) simbólico. Con pancartas y remeras intervenidas, imitando este ritual que realizan los estudiantes de último año del secundario, integrantes de la Federación y estudiantes de primer año de la Universidad se mostraron preocupados y se solidarizaron con el reclamo. Cabe destacar que este cuatrimestre fueron más de 50.000 alumnos los que se inscribieron para comenzar su carrera universitaria en la alta casa de estudios.

“El UPD es una acción típica de los colegios secundarios. Es un acto de festejos para quienes comienzan el último día del último año del secundario. Tomamos esas consignas y las resignificamos encontrando un símbolo propio de los jóvenes para materializar un reclamo. En este caso, esto no simboliza un festejo, sino una protesta frente a una medida que desfinancia el sistema universitario y lo deja al borde de no poder continuar”, explicó Lucille Levy, presidenta de la Federación en diálogo con LA NACION.

“Este podría ser el último día del CBC, ya que no está garantizado el presupuesto para su funcionamiento en el segundo cuatrimestre”, advirtió Levy. Y señaló: “Al día de hoy, esta sería la última vez que los chicos ingresan a la Universidad de Buenos, ya que de no actualizarse el presupuesto, no solo no habrá nuevos ingresantes sino que se verá obligada a cerrar sus puertas”.

Con una inflación interanual de 267%, las universidades -al igual que tantas otras áreas del Estado- deben funcionar con el presupuesto 2023 prorrogado, dado que el presupuesto 2024 nunca se aprobó en el Congreso. De las partidas que reciben cada mes, cerca de un 90% se destina al pago de salarios que se renegocian a través de paritarias. Mientras que el 10% restante representa los gastos de funcionamiento, que corresponden a todos los esenciales para mantener cuestiones básicas –luz, agua, limpieza, mantenimiento y erogaciones desde comprar una computadora hasta proveer papel higiénico– y permanecen congelados.

“No estamos planteando ningún incremento, solamente estamos pidiendo una actualización, lo que corresponde para poder funcionar. El presupuesto con el que tenemos que trabajar se aprobó en septiembre de 2022, ya tiene un año y medio. Con una inflación de casi el 300%, en términos reales recibimos casi un tercio. Además hay partidas que no se están ejecutando”, dijo, hace unas semanas, Carlos Greco, titular del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) en diálogo con LA NACION.

Con respecto a cuántas posibilidades hay de que peligre el inicio de las clases para los alumnos de primer año en el segundo cuatrimestre, la presidenta indicó: “El propio rector de la UBA dijo hace pocos días en una entrevista que hay presupuesto para que la universidad funcione por dos meses más”.

“Pensar en el segundo cuatrimestre del CBC, nos pone en una situación de absoluto desconcierto en cuanto a la posibilidad de su inicio”, expresó Levy.

LA NACION consultó a la Secretaría de Educación de la Nación sobre este accionar y al cierre de esta nota dijeron: “Con respecto a las acciones de la FUBA, desde la Subsecretaría de Políticas Universitarias prefirieron no emitir opinión dado lo políticamente sesgado de la federación”.

“Con respecto al CBC llamó la atención el planteo por maximalista. Por eso, autoridades de la Subsecretaría se comunicaron con los administradores del CBC para informar que las partidas se irán actualizando paulatinamente y en la medida que el Estado pueda”, informaron.

“Además, se explicó que se va a ir analizando mes a mes o bimestre a bimestre los costos reales, de acuerdo con las auditorías y análisis de gastos”, señalaron desde la Secretaría. Y por último remarcaron: “Es evidente que la estructura que manejaban estaba para una época de gasto político que hoy es improcedente. Por eso, analizamos muy bien cada peso pedido para que la universidad cumpla con la función por la cual fue creada”.

 

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