Jürgen Klopp nunca ha perdido en Goodison Park y sin embargo el estadio del Everton es uno de los más complicados para el alemán desde su llegada a Inglaterra. En 7 enfrentamientos como visitante, el Liverpool ha logrado dos victorias y cinco empates, con uno de esos triunfos datado en 2016.
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Con un triunfo en sus últimas 6 visitas, todo hace pensar que el nuevo Derbi de Merseyside celebrado en Goodison Park será un partido de lo más incómodo para el Liverpool. Los de Klopp, además, no tienen margen de error, ya que todo lo que no sea ganar significaría descolgarse de la pelea por la Premier League a solo cuatro jornadas del final.
Olvidar el descenso
Al margen de tratarse de un derbi, no será un partido cualquiera para un Everton que, con un buen resultado ante su eterno rival, se pondría 8 puntos por encima del descenso, certificando prácticamente su permanencia tras un año muy complicado por los resultados deportivos y las sanciones mediante deducción de puntos.
Sean Dyche no podrá contar con su delantero titular, Beto, tras el choque de cabezas que sufrió en su último partido ante el Nottingham Forest con Gibbs-White, debido al protocolo de conmoción cerebral. Su sustituto, Calvert-Lewin, será duda hasta último momento por una lesión. De no contar con ninguno de sus delanteros, las cosas se pondrían muy complicadas para el Everton.
Despejar dudas
El Liverpool, por su parte, atraviesa un momento incierto. No deja de ser curioso que con medio equipo lesionado sacara los partidos adelante y ahora, con todos recuperados, le esté costando más. Klopp reservó ante el Fulham a Salah, Darwin Nuñez o Szoboszlai, que deberían regresar a la titularidad en un derbi que se antoja clave en el devenir de la Premier League y del equipo ‘red’.
