Casi nunca juega, pero siempre es noticia. Antes del Masters 2024, que comenzará este jueves en el exclusivo club Augusta National, mucho se habla de la participación de Tiger Woods, que formó parte por última vez de un torneo del PGA Tour a mediados de febrero pasado, en el Genesis Invitational, cuando se retiró tras la primera vuelta son síntomas de gripe.

Al margen de sus constantes dolencias, ya está confirmado que el ex N° 1 jugará en el primer major del año, desde el momento en que figura de manera oficial en el calendario de entrevistas previas al certamen: hablará ante la prensa el martes a las 11, hora local. Toda una tranquilidad para los organizadores de chaqueta verde, que observarán picos interesantes en los ratings de TV con la sola presencia de su figura, aunque su rendimiento sea deficiente y vuelva a evidenciar impedimentos físicos.

Corren múltiples rumores y comentarios. Un amigo aseguró que su preparación incluye abstenerse de tener relaciones sexuales. “Está concentrado”, confió un íntimo allegado en una nota a New York Post. “Está trabajando muy duro en el gimnasio. Está comiendo bien. Incluso ha eliminado el sexo. Lo hace ahora cuando se está preparando: nada de sexo hasta que termine el torneo. No quiere que nada le quite la concentración”.

Woods está soltero después de una relación de seis años con Erica Herman, su exnovia que buscó demandarlo por 30 millones de dólares en un intento de deshacerse de un acuerdo de confidencialidad que el crack le había hecho firmar en 2017, cuando arrancó esa historia de amor. Según ella, el convenio debió ser anulado al asegurar que había pruebas de agresión sexual y acoso, hasta que la mujer abandonó el caso en noviembre último. Mucho más atrás en el tiempo, en 2009, Tiger admitió haber tenido múltiples affaires sexuales, lo que derivó en una conferencia de prensa mundial con su “mea culpa” y la separación irreconciliable de su esposa, Elin Nordegren, madre de sus hijos, Sam Alexis y Charlie Alex.

El idilio de Woods con el Masters es muy conocido. Es el certamen que lo desvive, después de haber obtenido el saco verde en cinco ocasiones. En ese campo de magnolias y azaleas fue donde arrancó la Tigermanía (1997), siendo apenas un jovencito que batió el récord de mayor margen de golpes respecto del segundo (12), al cabo de 72 hoyos. El mismo escenario donde en 2019 consiguió su 15° major y protagonizó uno de los regresos más impactantes de la historia del deporte. Pero es la primera vez que se lo enseña tan compenetrado y decidido, al menos desde su círculo íntimo.

Nada hace presagiar que Woods podrá estar esta semana a la altura de sus pergaminos. A fines del año pasado comunicó que esperaba competir una vez al mes en 2024, con lo que decidió no jugar el Arnold Palmer Invitational, que ganó ocho veces, ni The Players, en el que triunfó en dos temporadas y es popularmente considerado “el quinto major”. Además del problema apuntado en el Riviera Country Club de Los Ángeles durante el Génesis Invitational, donde tuvieron que administrarle una bolsa intravenosa para reponer líquidos, a principios de marzo jugó una sola ronda en el Seminole Pro-Member. Todo accidentado y discontinuo, muy lejos del ritmo competitivo que llevan sus colegas.

El dilema vuelve a la palestra una vez más y se mide en yardas: ¿es capaz de caminar a lo largo de cuatro vueltas de golf? Desde su casi fatal accidente automovilístico en 2021, en el que sufrió graves lesiones en la parte inferior de la pierna derecha, Woods luchó con innumerables contratiempos físicos y su cuerpo se deterioró notoriamente. “Está tratando de formular una estrategia y un enfoque con el que pueda trabajar dadas las limitaciones que se le presentan. Y tiene algunas limitaciones”, mencionó a USA Today Notah Begay III, compañero en sus primeros pasos serios en el golf en la Universidad de Stanford. “No tiene movilidad en un tobillo y ahora padece complicaciones en la espalda baja, que sabía que iba a tener”, abundó el ex jugador de sangre navaja.

Tal resultó la magnitud de sus lesiones que el 15 veces campeón de Majors readaptó la forma de sus zapatos FootJoy para obtener soporte adicional para su tobillo. “Durante los últimos meses ha estado tratando de encontrar una manera de recuperarse”, contó Begay. “Él puede jugar al golf. Siempre supimos que la duda iba a ser: ‘¿Podrá caminar los 72 hoyos’? Eso todavía está en el aire. E incluso: ¿Podrá recuperarse de una ronda a la siguiente? Es la respuesta más importante que realmente no sé y él tampoco la sabrá hasta que salga al campo y compruebe si la forma en que se preparó para el Masters le funcionará”.

I would like to confirm that I had to withdraw from @thegenesisinv due to illness, which we now know is influenza. I am resting and feeling better. Good luck to the players this weekend. I’m disappointed to not be there and want to thank @GenesisUSA and all the fans for the…

— Tiger Woods (@TigerWoods) February 17, 2024

La semana pasada, los sitios de seguimiento de vuelos en las redes sociales mostraron el avión de Woods volando rumbo al aeropuerto de Augusta, para una supuesta sesión de práctica previa al torneo junto con su amigo y compañero del PGA Tour Justin Thomas y el presidente del club, Fred Ridley. Siempre, de una u otra manera, el crack buscó la manera de formar parte del primer major del año, por más que tuviera que extremar esfuerzos y a consciencia de que su actuación, en estos últimos tiempos, podría ser simbólica.

El antecedente más fresco de Tiger en el Masters no es alentador: debido a los dolores físicos que lo venían aquejando ya desde la primera vuelta decidió retirarse en la cita de 2023. El sábado jugó 14 hoyos en medio de la lluvia, con enormes dificultades para desplazarse, hasta la suspensión. El domingo debía completar 29 hoyos, pero decidió darse de baja. Ahora, el interrogante alrededor de la leyenda vuelve a acrecentarse a sus 48 años, aunque al menos lo intentará. Sus miles de fanáticos le agradecen el esfuerzo.

 

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