Xavi Hernández se había alejado del Barça en los últimos días. La decisión iba encaminada a una salida a pesar de las ganas del técnico por continuar, pero el presidente, Joan Laporta, realizó un cambio de guión inesperado que dejó descolocados a muchos. Y es que el club blaugrana estaba avanzando ya en la contratación de un nuevo entrenador y Thiago Motta había ganado muchos enteros en las últimas horas.

La dirección deportiva se reunía con Xavi y al mismo tiempo iba trabajando con un posible sustituto. De hecho, en la mañana del miércoles y hasta primeras horas de la tarde se tenía la práctica seguridad de que el actual entrenador no debía continuar. Xavi se reunió con Deco y los dos fueron a casa del presidente, pero ahí se varió el discurso y se paralizaron también gestiones que se estaban realizando.

Durante la última semana, el propio club fue filtrando la posibilidad de Rafa Márquez en un claro intento de analizar la reacción del entorno sobre la figura del técnico mexicano, que está realizando un buen papel en el filial. Pero finalmente no hubo consenso y se buscaron otras vías en el exterior teniendo en cuenta que la hoja de ruta pasaba por una salida de Xavi Hernández.

Y la dirección deportiva hizo su trabajo. En los últimos días ganó enteros la opción Thiago Motta a pesar de que se le había descartado en un principio. El movimiento de la Juventus para ficharle también lo propició. En el club se valora muchísimo su trabajo y se le ve como un técnico ya con buena experiencia y con clara tendencia a crecer. Pudo haber más, pero Motta parecia contar…hasta que Laporta decidió la continuidad de Xavi a pesar de la gran división interna de opiniones.

 

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