La crisis política abierta por Pedro Sánchez marcará un antes y un después en la política española. Es lo que sostiene Sumar, que confía en que este episodio sirva para abrir una nueva etapa y permita cohesionar a las fuerzas progresistas que han apoyado hasta ahora a Sánchez en torno al Gobierno de coalición. En el partido de Yolanda Díaz también hay quien ve en este episodio una oportunidad para dejar atrás semanas de pugnas internas, sobrevenidas por las fuertes tensiones que existen con los distintos aliados de la coalición parlamentaria.

La carta de Sánchez dejando en suspenso su continuidad al frente de la Presidencia del Gobierno pilló por absoluta sorpresa a Sumar. También a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que desconocía los planes del socialista, pese a que públicamente sus dirigentes han evitado confirmar que no disponía de esta información, llegando incluso a deslizar, como hizo Iñigo Errejón, que tenía conocimiento de los hechos, al asegurar que había mantenido contactos con el presidente. Un contacto que sólo se produjo una vez que Sánchez había anunciado el periodo de reflexión.

En la coalición de izquierdas nadie contempla la opción de que Sánchez se retire y creen que tratará de salir fortalecido. La versión más extendida es que que defiende que este giro de guion va encaminado a reactivar a su electorado de cara a las catalanas y europeas, pero también a abrir un debate social sobre el «acoso» al que están sometidos los políticos, poniendo también el foco en la justicia y los medios de comunicación -«la judicialización» y la «galaxia digital ultraderechista», como se refirió el propio Sánchez en su misiva-.

«Cambiar el paso»

Es en este debate social donde Sumar ha centrado su discurso en las últimas horas, poniendo el acento en la «ofensiva reaccionaria» cuyos ataques van dirigidos al Gobierno progresista de coalición del que forman parte. «No va solo del presidente», es la frase más repetida por sus distintos dirigentes en sus comparecencias públicas. Los de Díaz buscan abrir una reflexión más allá de Sánchez y situarse también como un objetivo a batir en esa «estrategia de acoso y derribo» que atribuyen a la ultraderecha.

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En la coalición de izquierdas hay quien considera que el discurso de Sánchez también va encaminado a «cambiar el paso» de la legislatura y a que el Gobierno «tome tierra» en un momento en que, admiten, «estaba perdiendo pie». La debilidad de sus apoyos parlamentarios, que llevó a la renuncia a los Presupuestos del Estado; el estallido del caso Koldo y los vínculos de Begoña Gómez, y las tiranteces entre los socios de coalición, con un PSOE que recrimina a Sumar su incapacidad para aglutinar el voto y un Sumar desdibujado en la coalición, proyectaban una imagen de desgaste que Sánchez, a su juicio, se ha decidido a resolver.

«Cohesionarse para resistir»

El debate social que Sánchez ha abierto, consideran algunos, fija unas nuevas coordenadas y da un «nuevo marco» político que atraviesa al electorado progresista, donde Sumar y PSOE son «vasos comunicantes». En Sumar hay quien cree que el presidente busca una reflexión «compartida» en la izquierda, que tendrá como consecuencia la cohesión del electorado «por abajo» y un «cierre de filas» en torno al Gobierno que lleve también a cohesionar a los socios de coalición.

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El diputado de Sumar y portavoz de IU en el Congreso, Enrique Santiago, se refirió expresamente a este aspecto este jueves en el Congreso de los Diputados, donde hizo un llamamiento a «cohesionarse para resistir» a los partidos de izquierdas y los socios de Gobierno para frenar «este golpe a la democracia». En rueda de prensa, el dirigente también presentó varias propuestas para reformar de inmediato el sistema judicial, quitando competencias al CGPJ en funciones y otorgándoselas a otros órganos del Estado, y rebajando las mayorías necesarias para renovar a la cúpula de los jueces.

Atrás la pugna interna

El volantazo de Sánchez llega también cuando Sumar atravesaba un momento especialmente difícil, después de haber registrado fuertes tensiones con los partidos aliados a raíz de la negociación de candidatura para las europeas, y de que Yolanda Díaz tuviera que posponer la integración del resto de fuerzas en la dirección de su partido, que este sábado se reúne por primera vez.

En este contexto, algunos cargos públicos de Sumar apuntan a que el anuncio de Sánchez abre un «nuevo escenario» político que también «deja atrás» la crisis interna, en la que «los mensajes eran negativos» hacia la coalición de izquierdas.

Aventuran además que este episodio se alargará más allá del lunes, cuando Sánchez dará a conocer su decisión, y consideran que el debate se extenderá durante semanas. Un punto de partida que permite a Sumar hacer una suerte de ‘borrón y cuenta nueva’ en la antesala de las europeas y aglutinar y apaciguar a la amalgama de partidos antes de la carrera electoral.

 

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