“¡Puede fallar!”, “¡Duro, duro, duro…!”, “¡Tú puedes!”. Cómo olvidar estas frases que marcaron a fuego infancias, adolescencias y adultez tanto de adeptos como de críticos del célebre hipnotizador llamado Tu Sam –nacido como Juan José del Pozo-, quien se presentaba ante el gran público con sus arriesgadas proezas que presenciaron generaciones, acompañado siempre por su mujer de toda la vida, María del Carmen Calandra, conocida artísticamente como La sugestiva Sulma, su inolvidable partenaire…

Con el correr de los años, entre ellos apareció en escena un niño que lo asistía, a quién él llamaba simplemente Leonardo. Se trataba nada menos que de su hijo, su heredero, que acaba de cumplir, aunque parezca increíble, nada menos que cuarenta años en escena. “Empecé a los nueve; mi primer recibo de sueldo fue por Artistas de variedades hace 40 años. El 27 de abril se van a cumplir cuarenta y uno. Yo en agosto cumplo cincuenta y uno de edad”, detalla, en diálogo con LA NACION, para que se entienda que, toda su vida, fue arriba del escenario.

Eran los tiempos de Sábados Circulares con Nicolás “Pipo” Mancera y de Domingos Estudiantiles, conducido por Orlando Marconi, Silvio Soldán, Jorge Rossi, que luego derivó en Feliz Domingo. “Ahí empecé, en la tele, dentro del show de mis padres. A los catorce mi viejo me dijo: ‘Mirá, ya estás muy grande, tenés que manejarte solo’”.

Así continuó presentándose además en Sábados de la bondad, Finalísima, Hola Susana, 360: Todo para ver… Y no paró más.. Desde entonces él es TUSAM, a diferencia de su padre que llevaba el nombre separado -Tu Sam-, pequeño detalle. El acrónimo significa Técnica, Unción, Sabiduría y Mística. “Cuando mi viejo llegó a entrar a los espectáculos como asistente mío fue maravilloso, me dio plena seguridad y potenció mi camino”, explica con orgullo.

Dos hitos que no podían fallar

Junto a sus padres tuvo la oportunidad de recorrer veinticinco países con los shows (salvo África y Oceanía, visitaron el resto de los continentes). Ahora, como protagonista excluyente, ya lleva visitados veintiuno y espera pronto superar el récord logrado en familia.

Enseguida TUSAM rememora dos de sus hitos profesionales: el primero realizado en el Obelisco, cuando permaneció veinticuatro horas dentro de una cabina de hielo. “Eso fue poner en práctica un control mental extremo; gran y abrumadora experiencia”, reconoce.

La otra sucedió cuando logró la marca récord de cantidad de personas hipnotizadas, encuentro que presentó junto a History Channel en Plaza México, al aire libre, en DF. Entre los 1500 presentes logró hipnotizar a 698. “Fue una producción tremenda, inigualable”, rememora.

Cuando se le pregunta cómo se definiría a nivel profesional, responde: “Hipnotizador, coach y Master en Control Mental Extremo”. Así se presenta en su Instagram: @tusam y en su página web: tusam.com, donde además de sus presentaciones desarrolla sus técnicas para dejar de fumar, adelgazar y superación personal, entre otras.

Enseguida comenta que los métodos Tusam ya tienen 74 años de evolución, que su padre era autodidacta y que fue quien le enseñó todo lo que sabe. “A los 18 años empecé a dar conferencias acá y afuera. Lo que hago es muy dinámico, varío entre las técnicas para dejar de fumar, adelgazar, etcétera, y los shows de hipnosis colectiva y recreativa, una aventura mental que el público disfruta, donde de repente viajan en tren, tocan el instrumento con el que han soñado toda la vida, son abducidos por alienígenas que los llevan a Marte, y allí los reciben los marcianos con una fiesta en la que bailan y se divierten. Resulta muy creativo, entretenido, nada de ridiculizar, al contrario. Descubrimos por ejemplo, si son apasionados por la guitarra, el violín, la batería, el bajo, la trompeta… O qué canciones lo marcaron en su vida y eligen para interpretar”, enumera sobre su despliegue en el escenario.

Sus desafíos personales de siempre continúan más que vigentes en sus stand up -“De alto voltaje”, bromea- donde recibe energía eléctrica y logra encender lámparas y tubos fluorescentes, con gran participación de los espectadores.

Las técnicas que desarrolla vuelven a estar presente también en los coachings que lleva a cabo, donde deja en claro que solo con hipnosis no se adelgaza, no se deja de fumar, ni se puede reprogramar la mente. “La hipnosis está presente, muy presente. Es una herramienta, digamos, importante, pero no es la única. Yo desarrollo un control mental muy efectivo a través de un ejercicio para bajar el nerviosismo, la ansiedad, el estrés orgánico, la voracidad… Enseño a tener conductas que colaboran, suman, porque no se puede cuidar la mente sin cuidar el cuerpo, y viceversa”, cuenta.

Es el turno de hablar de los encuentros a los que bautizó Tusam Medita, a los que define como movilizadores: “Porque sirven para todos, los que ya meditaron y los que nunca lo hicieron. Son gratuitos, vengo de hacer el último en Villa La Angostura y fue extraordinaria la convocatoria. Además conversamos mucho, ponemos musiquita chillout, disfrutamos el momento post, es muy completo y la gente se va gratificada y agradecida. Ahora estoy cerrando mis próximas presentaciones por el país. La gira que haré se llamará TUSAM Hipnótico”.

(Re) Programar la mente

-Antes habló de reprogramar la mente, ¿qué significa eso?

-Hablo de reprogramar la mente como analogía, para compararla con una computadora a manera de ejemplo, en la que la mente sería el software, el sistema operativo, y el cerebro el hardware, la máquina, el CPU… Es posible reprogramarla en un porcentaje si uno lo hace de forma correcta. Se pueden lograr cosas que parecían increíbles o imposibles, comenzando con una meditación leve todos los días, un ejercicio que cambia la bioquímica de la persona, literal. Si la sabemos utilizar con positivismo, además de modificar nuestros pensamientos, cambia hasta nuestro cuerpo.

-¿Por ejemplo?

-¿Viste que hoy por hoy estamos hiperconectados? Bueno, de repente estás en silencio un rato y mejorás tu estado, eso te tranquiliza, el organismo se tranquiliza. Si lo hacés con cierto tecnicismo y frecuencia empezás a fabricar dopamina, una de las moléculas de la felicidad, que también proporciona placer y relajación.

-¿Me confiesa si alguna vez sintió miedo al realizar una de las pruebas extremas que le tocó enfrentar?

-Te confieso que no. Hago un ejercicio muy práctico antes de cada desafío. Me digo a mí mismo: “¡Tú puedes”! Aunque también reconozco que… puede fallar, jajaja.

 

Facebook Comments