Una banda integrada por cinco ladrones asaltó a un padre de familia para robarle la camioneta Volkswagen Tiguan, en Ramos Mejía, partido de La Matanza. Antes de que se llevaran el vehículo les rogó los delincuentes que le dejaran sacar a su bebé que estaba en el asiento trasero.

Se trató del tercer episodio ocurrido en cuatro días, en el que los niños quedaron en medio de un asalto donde los delincuentes armados amenazaron con matar a sus padres si no entregaban los vehículos.

A principios de esta semana, una niña salió corriendo de la camioneta de su padre cuando un grupo de ladrones lo interceptó para robarle la camioneta, en Caseros. Al día siguiente, otra niña vivió una situación similar, en Wilde.

El nuevo hecho quedó grabado por las cámaras de seguridad que los vecinos instalaron en Cervantes, entre Argentina y Berón de Astrada, en Ramos Mejía. Allí, anteanoche, a las 21.34, el conductor de una camioneta Volkswagen Tiguan blanca fue interceptado por un Toyota Corolla negro, que conducía un delincuente.

Imposibilitado de avanzar y para evitar que los cinco asaltantes armados que descendieron del Toyota abrieran fuego, el dueño de la camioneta blanca bajó del vehículo. “¡Pará flaco. Estoy con la nena!”, rogó el conductor de la Tiguan a uno de los ladrones que le apuntaba.

“¡Tengo a la nena!”, insistió en su súplica, el dueño de la camioneta. “Vos me tenés que dar todo”, exigió uno de los ladrones. En ese momento, el conductor de la camioneta abrió la puerta trasera del vehículo y pudo rescatar a su bebé. “Andá amigo, andá”, exclamó uno de los asaltantes, mientras el padre abandonaba el lugar del robo con su bebé en brazos.

Quince minutos después, los mismos asaltantes, con el Toyota Corolla negro, la camioneta Volkswagen blanca y un tercer vehículo de apoyo, cruzaron la marcha del conductor de una Toyota Hilux y se apoderaron del rodado.

El nuevo robo, perpetrado por la misma banda, ocurrió en la esquina de Almafuerte y Miró, en Villa Luzuriaga, en el partido de La Matanza. Hasta el momento, ninguno de los asaltantes fue apresado por la policía.

Los otros casos

Con respecto al anterior episodio en el que hubo niñas en medio de los asaltos, ocurrió en Wilde, partido de Avellaneda, a plena luz del día un padre fue asaltado delante de su hija. El asalto ocurrió el lunes a las 16.30.

Al pasar a buscar a su hija por la casa de una compañera de escuela, el dueño del vehículo, de 31 años, fue abordado por dos delincuentes que, a punta de pistola, le robaron una Honda HRV blanca. Su hija estaba con él y corrió a buscar ayuda de la madre de su amiga.

La cámara de seguridad de la casa de la familia, donde el padre buscó a la menor, registró los hechos, que sucedieron en Rondeau al 700, en Wilde.

Robo Wilde

La víctima hizo la denuncia en la comisaría de Wilde, situada a diez cuadras del lugar del asalto. Según precisaron a LA NACION desde la Fiscalía General de Avellaneda, la causa fue caratulada como “robo automotor agravado por el uso de arma de fuego”, y quedó a cargo del fiscal Elbio Laborde, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°3 de Avellaneda.

Eran las 16.32 cuando padre e hija eran despedidos por la dueña de casa: “Lo que han jugado hoy”, se escucha que le dice la mujer al padre de la niña, quien responde: “Gracias Ana”.

Mientras la mujer cerraba el portón e ingresaba el perro dentro de la casa, aparecen en escena dos jóvenes. Uno se acerca hasta la reja, mientras que el otro toma por el cuello al padre y le apunta a la cabeza con un arma. A su lado, la chica observa atónita la situación y luego sale corriendo hacia la casa donde está la madre de su amiga. La mujer tenía las manos levantadas y se acerca al portón a rescatar a la menor.

“Dame la nena. Dejame la nena. Dame la nena”, repitió el padre angustiado mientras la pequeña se llevaba la mano a la boca y miraba a la distancia cómo los dos delincuentes amenazaban con matar a su padre.

En el momento que la pequeña empezaba a llorar, el padre trató de calmarla: “Ori, tranquila. Ori, no pasa nada. Ori, no pasa nada. Ori, no pasa nada, mi amor”.

Antes de ingresar en la casa, le pidió a los delincuentes que les dejen la mochila de la menor: “Dejame la mochila de la nena, por favor. Dame, por favor, la mochila de la nena”.

Los ladrones accedieron al pedido y el hombre caminó lento hacia la reja, cerró con llave y entró corriendo antes de que los delincuentes pudieran huir en el rodado por Rondeau en dirección hacia avenida Mitre. En la desesperación por ingresar en la vivienda, dejó las llaves colgando de la cerradura de la reja.

El primero de los tres episodios con niñas quedaron en medio de delincuentes que asaltaban a sus padres ocurrió en Coronel Pringles y Guaminí, en Caseros, partido de Tres de Febrero. En menos de treinta segundos, tres ladrones sorprendieron al padre y a la abuela de la menor, que estaban en los asientos delanteros de una camioneta Volkswagen Amarok negra estacionada junto al cordón. Catalina, de seis años, y Ahinoa, su hermana de dos años, estaban sentadas atrás.

En el mismo lugar, hace poco más de dos años, asesinaron a su abuelo para robarle la camioneta. Minutos antes de las 18, a punta de pistola, los delincuentes exigieron la entrega de la camioneta. Mientras su padre y su abuela, Catalina se bajó y corrió en busca de auxilio y refugio; desesperadamente intentó abrir la puerta de su casa, mientras observaba todo con miedo e impotencia. Mientras, los adultos se resignaban al robo y bajaban a la niña más pequeña, y los asaltantes se llevaban la camioneta, no sin cierta dificultad en el manejo.

Para todos el hecho, traumático de por sí, significó revivir un momento de máximo dolor y dramatismo. A dos cuadras, en febrero de 2022, el abuelo de Catalina, Rolando Omar Villafañe, de 61 años, fue asesinado cuando cinco delincuentes lo abordaron en su fábrica de productos de algodón situada en Ángel Pini 5445, entre Martín de Álzaga y Spandonari.

 

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