Estandarte durante años en el fútbol femenino español y bandera triunfal del Rayo Vallecano , el primer equipo franjirrojo de chicas atraviesa un momento difícil, continuación del drama que supuso el descenso sufrido la pasada temporada, en la que acabó último en la liga. Actualmente en Primera Federación, el segundo peldaño en el fútbol de chicas, el conjunto madrileño no conoce la victoria y es colista después de cinco jornadas , en las que ha encajado catorce goles y solo ha marcado uno. Números que asustan a una afición que desde la llegada de Raúl Martín Presa a la presidencia no deja de temer por el futuro y mira con incertidumbre la continuidad de una sección que no hace mucho tiempo paseaba con orgullo por Europa el nombre de su barrio. La primera que dio un título nacional al Rayo. El terremoto que supuso para Vallecas el descenso del equipo femenino del Rayo tiene réplicas en el actual curso, en el que Carlos Santiso continúa al frente del banquillo pese al polémico mensaje de WhatsApp , filtrado en febrero de 2022, con el que puso en su contra a la hinchada. Las victorias no aparecen y el miedo al mañana está incrustado en la mente de una hinchada que entre 2008 y 2011 celebró tres títulos de liga consecutivos y uno de Copa. Pasado de luces que ha mutado en un presente de sombras y una sensación de abandono por parte de los dirigentes, según denuncian numerosos seguidores. El inicio de curso no puede resultar más inquietante: derrotas ante Deportivo (4-0), Osasuna (1-3), Eibar (2-0), Barcelona B (0-3) y UDG Tenerife B (2-0). Los éxitos de antaño quedan ahora lejos. Fundado en 2000 absorbiendo al CD El Buen Retiro , el Rayo Vallecano femenino solo necesitó tres años para ascender desde la Preferente a la Superliga (la actual Liga F), en la que participó por primera vez en la temporada 2003-2004. El conjunto franjirrojo se asentó y vivió instalado en la élite hasta el mazazo de la pasada temporada, aunque los problemas deportivos y económicos, con impagos y denuncias de jugadores de por medio, comenzaron mucho antes. Noticia Relacionada El Motín de las Rozas estandar Si Retrato de un avispero: los lastres del fútbol femenino Pedro Cifuentes La crisis de la selección destapa dificultades para atender las reclamaciones de las jugadoras. Las variables que entran en juego son muchas: desde el crecimiento en el último año, al buenismo exterior y también las relaciones sentimentales entre futbolistas Jugadoras de la talla de Natalia Pablos, Sonia Bermúdez o Jenni Hermoso figuran en la hemeroteca del vestuario franjirrojo, donde en los últimos años se han sucedido denuncias de las jugadoras por retrasos en los pagos y críticas en las redes sociales por el trato recibido desde la parte noble del club. Al preguntar en Vallecas por la delicada situación deportiva e institucional del Rayo femenino, Martín Presa aparece en la mayoría de las respuestas. La hinchada apunta a su llegada a la presidencia, en 2011, como el inicio del declive de un equipo que un año antes, cuando el fútbol femenino no disfrutaba de la actual cobertura mediática, ya fue capaz de juntar a más de 8.000 personas en el Teresa Rivero en una eliminatoria de octavos de final de la Champions League ante el Arsenal. Divorciada del titular del banquillo por razones deportivas, la parroquia vallecana tampoco comulga con Carlos Santiso por otras razones y lleva meses pidiendo su salida del club. Un entrenador que llegó al primer equipo en enero de este año, aunque su relación con la entidad franjirroja viene de lejos. Divorcio con el técnico Un mes después de su nombramiento, se filtró un comprometedor mensaje de Santiso dejado cuatro años años en el grupo de WhatsApp de su cuerpo técnico, cuando dirigía las categorías infantiles del club vallecano. El preparador animaba a «hacer un Arandina para crear equipo». «Nos falta que cojamos a una, pero que sea mayor de edad para no meternos en jaris, y cargárnosla juntos. Eso es lo que une a un staff y a un equipo. Mira los de la Arandina », se escuchaba en un audio que provocó la ruptura con su propia afición. Una hinchada que no abandona al Rayo Vallecano femenino , pero que añora los años triunfales vividos no hace tanto tiempo.

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