La explosión de los casos de dengue y los faltantes de repelentes pusieron en el ojo de la tormenta a SC Johnson, una multinacional de muy bajo perfil, pero conocida por sus marcas. SC Johnson controla cerca del 80% del mercado de repelentes en la Argentina, con un portafolio de marcas y productos, que incluye a Off! y Fuyi, y los espirales e insecticidas Raid.

A nivel local, el negocio de SC Johnson está liderado por Sebastián Wodka, que hace cinco años asumió como VP y gerente general de la región conformada por la Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. El ejecutivo llegó a la compañía después de trabajar durante 15 años en otra multinacional de consumo masivo: Unilever.

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Wodka ingresó al área de Finanzas de Unilever en 1992 y, a lo largo de dos décadas, escaló a diferentes posiciones en la región, incluidas las de country manager en la Argentina y en Chile. En 2015, se trasladó a México para calzarse el sombrero de vicepresidente de Customer Development en la filial azteca, el cual llevó hasta 2019, cuando cerró un ciclo y se cruzó de compañía.

Consumo masivo

SC Johnson es uno de los principales jugadores en el rubro de cuidado para el hogar. Además de liderar el negocio de los repelentes, también participa en otras categorías de consumo masivo con marcas como Mr. Músculo (limpiadores), Glade (aromatizantes), Blem (lustramuebles), Lisoform (desinfectantes) y Ziploc (bolsas para freezer).

La empresa nació en Estados Unidos en 1886, fundada por Samuel Curtis Johnson, y hoy sigue en manos de la familia Johnson, con sus cuarteles centrales en Racine, Wisconsin. “SC Johnson es una compañía familiar de quinta generación, lo que significa que no respondemos a Wall Street”, explican en la propia compañía.

El presidente de la Junta Directiva y director ejecutivo, Fisk Johnson, es la quinta generación de la familia que dirige la compañía. “Fisk se unió a SC Johnson en 1987 y se ha desempeñado en varios puestos de gestión y marketing, tanto a nivel nacional como internacional”, según publica la compañía en su página web.

Fisk también es miembro del Consejo de Asesores de Ciencia y Tecnología del Presidente de EE.UU. También forma parte del Comité Asesor de Representantes Comerciales de EE.UU. de Política y Negociación Comercial (desde 2002) y de la junta directiva del Foro de Bienes de Consumo.

El empresario fue miembro del consejo directivo de Cornell University desde 1993 hasta 2001 y ahora es miembro emérito y asesor presidencial. Desde 2002 hasta 2011, fue miembro de la Junta de Directiva de Conservation International. Anteriormente, se desempeñó como director de Energizer Holdings, Inc. y Johnson Outdoors.

Fisk tiene una licenciatura en Química y Física, maestrías en Ingeniería, Física y Administración de Empresas, y un doctorado en Física, todos de Cornell University.

Confusión

La empresa suele ser confundida con otra multinacional, Johnson & Johnson (J&J), dueña de otras marcas famosas como Johnson’s Baby, Listerine, Siempre Libre y OB. La confusión no se limita al mercado argentino. En 2022 la casa matriz de SC Johnson le hizo un reclamo a un fiscal norteamericano, que había vinculado al tradicional slogan de SCJ “una compañía familiar” con J&J, que se encuentra envuelta en una disputa judicial por la llamada “crisis de los opioides”.

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En este contexto, y sobre todo en la zona del AMBA, conseguir repelentes de mosquitos es prácticamente imposible. La producción no llega a cubrir la demanda, y las marcas refuerzan sus estrategias para garantizar la importación de un componente clave para fabricar el producto, que comenzó a escasear a nivel mundial.

En el sector aseguraron a LA NACION que, en los últimos días, las ventas de repelentes, tabletas, insecticidas y espirales se multiplicaron por tres o cuatro, y la oferta disponible en los comercios no alcanza a ser cubierta por las tres principales empresas fabricantes, que concentran más del 90% del mercado. En los supermercados dijeron a este medio que están negociando con las principales marcas del rubro para incrementar sus compras, pero explican que no se trata de un efecto inmediato. “Hoy estamos vendiendo un 250% más de repelentes que en marzo del año pasado, con lo cual nos resulta muy difícil atender a toda la demanda”, explicaron en una cadena. “Todo lo que ponemos en la góndola desaparece en unos minutos”, señalaron en otra empresa del rubro.

“Estamos realizando esfuerzos extraordinarios para abastecer a todos los puntos de venta y aumentar su disponibilidad, produciendo en la actualidad tres veces más de lo habitual y aprobando la venta de distintos formatos de envases para poder maximizar la producción. En comparación con el mismo período del año anterior, en febrero de 2024 registramos un crecimiento de más del 300% en la demanda de nuestros repelentes”, indicaron en un comunicado desde SC Johnson.

Hay un segundo inconveniente. Para producir repelentes es necesario un componente activo llamado DEET, que no se porduce en el país, sino que es importado, principalmente desde Japón y China. Desde la cadena industrial y comercial -que incluye a fabricantes, supermercados, mayoristas y farmacias- ya habían indicado en enero, cuando empezó a sentirse más fuerte el brote de dengue, que las trabas a la importación del Gobierno anterior habían generado un problema de abastecimiento del activo, que impactó en la producción.

Ahora, desde la Cámara Argentina de la Industria de Productos de Higiene Personal, Cosmética y Perfumería (CAPA) indicaron incluso que hay un problema de faltante global del activo. El brote de dengue también afecta a países como Uruguay y Brasil, que también lo importan. “Hay faltante global por el aumento de la demanda”, indicó el director ejecutivo de CAPA, Miguel González Abella, a LA NACION.

 

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