ROSARIO.-”Estamos en un momento difícil y nos vemos forzados a estirar la frazada y hacer lugar a los caídos”. Con esa metáfora, el titular de Cáritas Rosario, Fabián Montes, buscó describir la “compleja” social que golpea Rosario, donde la crisis económica provocó un incremento de la demanda de alimentos que no logra ser compensada con la ampliación de recursos destinados a la distribución de comida, que concretaron desde el gobierno provincial, que es del 80 por ciento con respecto al año pasado. “Estamos desbordados. Ayer tuve que cocinar el doble de arroz porque no damos abasto”, admitió Vilma Ludueña, una maestra que tiene un comedor comunitario en el barrio La Tablada, uno de los más azotados por la violencia narco.

En diálogo con LA NACION, el titular de Cáritas Rosario señaló que la entidad distribuye en el sur provincial 16.000 bolsones de alimentos, pero que esa cantidad no alcanza para demanda creciente en las 125 parroquias que entregan bolsones. “Tratamos de buscarle la vuelta para que nadie se quede sin llevarse algo para su mesa, pero nunca alcanza”, apuntó. “Vemos que vienen familias que cayeron en la pobreza por las dificultades económicas que nunca antes necesitaron de asistencia”, reveló Montes, que agregó que “hay una gran cantidad de adultos mayores, en su mayoría jubilados que se ven afectados por la crisis y no les alcanza para mantenerse”.

El sacerdote calculó que el incremento de la demanda de alimentos en las parroquias creció entre un 30 y un 40 por ciento en los últimos cinco meses. “La foto de la pobreza en Argentina es vieja, pero lo que viene es muy complicado”, alertó Montes.

El incremento de la demanda de alimentos también está atravesado por cambios que se produjeron en últimos meses, con el corte del financiamiento de parte del gobierno nacional de organizaciones políticas y sociales que servían de cierta contención en los barrios más humildes, a pesar de los supuestos desmanejos con los fondos que denunció la administración nacional. Este vacío provocó que la demanda fuera absorbida por otros sectores del Estado.

El Ministerio de Igualdad y Desarrollo Humano de la provincia señaló que desde diciembre se incrementaron en un 80 por ciento las partidas para los sectores sociales más golpeados, con un aumento en el reparto de alimentos y de fondos en la tarjeta Ciudadana. Victoria Tejeda, titular de esa cartera, detalló a este diario que “asisten a 900 comedores en toda la provincia”. La funcionaria reconoció que la situación es difícil y que se nota que la crisis golpeó con mayor intensidad a los adultos mayores, que son los que más están requiriendo ayuda.

Tejeda sostuvo que la provincia “coordina con organizaciones sociales y civiles en los territorios el funcionamiento de lugares de contención, que son importantes en este momento”. Advirtió que durante esta gestión se está realizando una auditoría sobre supuestas irregularidades en el reparto de fondos a organizaciones políticas.

Nicolás Gianelloni, secretario de Desarrollo Social y Hábitat del municipio de Rosario, coincidió con su par provincial en que en este momento “fue necesario un incremento de las partidas para contener un crecimiento de la demanda de alimentos”. “Todos los días llegan familias a los centros Cuidar –son 40 en la ciudad- para solicitar asistencia de comida. Incrementamos las partidas en un 30 por ciento desde setiembre, y se hicieron actualizaciones en enero y en abril por la cuestión inflacionaria. El municipio destina hoy unos 3200 millones de pesos”, señaló el funcionario, que detalló que actualmente se están entregando unos 10.000 módulos de alimentos, que son diez productos básicos.

Por fuera de la asistencia del Estado, en Rosario funciona desde hace 12 años el Banco de Alimentos Rosario (BAR) que tiene la misión de recuperar la comida que esté fuera de la cadena comercial, para luego ser distribuida a las distintas organizaciones sociales que forman parte de los programas de asistencia. A pesar de contar con el apoyo de voluntarios y diferentes empresas privadas, desde la institución advirtieron sobre la profunda crisis que atraviesan los barrios de la ciudad, con un aumento en la demanda en el último tiempo. De enero hasta ahora, la lista de espera se incrementó a 739 organizaciones.

En un comunicado, la organización señaló la “inquietante pobreza creciente que ven en los barrios”. Actualmente, a través del programa de membresías, logran asistir a 269 organizaciones que representan aproximadamente, a 70.000 personas. Sin embargo, el número que enciende las alarmas es la lista de espera del BAR.

A mediados de marzo, el Movimiento Los Sin Techo anunció que dejará de ofrecer progresivamente el almuerzo diario en sus jardines a unos 600 niños de la ciudad de Santa Fe, ya que no cuentan con los recursos suficientes como para comprar los insumos indispensables para sostener el servicio.

Hace ya dos meses dejaron de entregar bolsones con comida para jubilados que se encuentran por debajo de la línea de pobreza o de indigencia. Y en lo que respecta a la copa de leche que reciben alrededor de 3.600 chicos todos los días en 21 centros barriales, la decisión es seguir brindando la merienda hasta que se agote el stock de mercadería. “Nunca vivimos una situación como esta”, sostuvo José Luis Ambrosino, titular del movimiento.

 

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