Desde su fundación en el año 1662, la Royal Society marcó la historia de la ciencia. Esta institución, reconocida como la sociedad científica más antigua de Reino Unido y, según la Enciclopedia Británica, la más antigua a nivel mundial, juega un papel fundamental contribuyendo al avance del conocimiento científico y comprometiéndose con la divulgación y la comunicación en el ámbito de la ciencia y las humanidades.

Aunque su origen se sitúa en un grupo pionero de científicos que se reunían con regularidad para valorar el estado de la cultura y los avances científicos, actualmente ha evolucionado hasta establecer estrechas relaciones con la Academia Real Irlandesa y la Real Sociedad de Edimburgo, jugando además un papel fundamental como la Academia Nacional de Ciencias en el Reino Unido.

LA FUNDACIÓN

La Royal Society nació a raíz de una serie de reuniones semanales realizadas en 1645 en Londres de mano de unos cuantos filósofos naturales y científicos preocupados por poner en común y debatir sus impresiones acerca de la actualidad científica. Estas sesiones, denominadas por Robert Boyle como “Colegio Invisible” o “Colegio Filosófico”, fueron propuestas inicialmente por Theodore Hank, un alemán residente en la ciudad de forma permanente, y se desarrollaban en la residencia del científico Jonathan Goddard.

Desde el principio, las normas que regían las reuniones eran claras: se reunirían una vez por semana para discutir temas de la “Nueva Filosofía”, evitando debates referentes a la religión o asuntos de estado. La Segunda Guerra Civil Inglesa detuvo temporalmente las reuniones, entre 1648 y 1649 pero, al cese de esta y con la restauración monárquica de 1660, el grupo se reunió de nuevo en Londres. El 28 de noviembre de ese mismo año, algunos científicos prestigiosos de la época, como William Brouncker, Robert Boyle o Christopher Wren, decidieron formalmente fundar una sociedad para la promoción del saber Físico-Matemático.

Así, con el respaldo real, se firmó la creación oficial de la asociación el 15 de julio de 1662, marcando oficialmente la fundación de la Royal Society, con William Brouncker como primer presidente y el lema Nullius in verba (en la palabra de nadie), reflejando el compromiso de la Sociedad con la evidencia empírica de la búsqueda de conocimiento científico.

LA ROYAL SOCIETY DE LONDRES

Así, desde esas primeras cartas de fundación en la década de 1660, la Royal Society ha mantenido como propósito primordial reconocer, promover y respaldar la excelencia en la ciencia, así como alentar su desarrollo y aplicación en beneficio de la humanidad. A través de facilitar la interacción y la comunicación entre los diferentes científicos mediante diversas reuniones de discusión, la Sociedad actúa como un puente entre las diversas disciplinas científicas y, además, colabora en la difusión de avances y descubrimientos a través de prestigiosas revistas, brindando así un espacio óptimo para la divulgación y el intercambio de conocimientos.

Sin embargo, la influencia de la Royal Society llega a trascender la comunidad científica, involucrándose de forma activa en la formulación de políticas independientes, la promoción de una educación científica de alta calidad y la comunicación directa con el público. Esta destacada institución está gobernada por un Consejo dirigido por el Presidente y cuatro Vicepresidentes, mientras que el equipo permanente es encabezado por el Director Ejecutivo.

En lo que respecta a sus prioridades estratégicas, la Royal Society se enfoca, sobre todo, en mantener un compromiso con la ciencia de alta calidad, impulsada por la curiosidad y con un claro objetivo: el desarrollo y uso de la ciencia en beneficio de la sociedad. Sus objetivos principales incluyen la promoción de la ciencia y sus beneficios, el reconocimiento de la excelencia científica, el apoyo a la ciencia sobresaliente, la prestación de asesoramiento científico para la política, el fomento de la cooperación internacional y global, así como la educación y la participación pública.

MIEMBROS DE RENOMBRE

Paralelamente a sus acciones, la Royal Society ha sido también el hogar de algunos de los científicos más destacados de la historia. Entre sus miembros más renombrados se encuentra Isaac Newton, quien no solo demostró su revolucionaria teoría de la óptica ante los integrantes de la sociedad, sino que también fue honrado con la presidencia de esta prestigiosa institución. Otro miembro ilustre fue Thomas Bayes, el primer matemático en usar la probabilidad de forma inductiva.

Figuras como Christiaan Huygens, conocido por contribuciones importantes en la física y en las matemáticas, o Anton van Leeuwenhoek, pionero en la microbiología, también dejaron una marca indeleble en la historia de la ciencia como miembros de la sociedad. Además, esta lista incluye a mentes brillantes como Albert Einstein, cuyas teorías transformaron la comprensión del Universo; Alan Turing, el padre de la computadora moderna; y Louis Pasteur, reconocido por sus avances en la microbiología y la medicina.

Otros notables miembros que han enriquecido la Royal Society con sus contribuciones son Stephen Hawking en cosmología teórica, Santiago Ramón y Cajal en neurociencia, Adam Smith en economía,Max Planck en física cuántica y Werner Heisenberg en mecánica cuántica. La diversidad de todos ellos es un claro reflejo del compromiso de la sociedad con el avance del conocimiento y la excelencia científica.

 

Facebook Comments