Parece mentira que la silla Cesca esté muy cerca de cumplir 100 años. La diseñó el arquitecto húngaro Marcel Breuer en 1928 siguiendo los conceptos de la escuela Bauhaus a la que pertenecía: vincular el mundo artesanal y el industrial para hacer belleza funcional y reproducible. Entonces, la creó con acero tubular cromado en una estructura voladiza (es frecuente por eso que en inglés se la llame Cantilever), asiento y respaldo de ratán trenzado al estilo vienés y marco de madera de haya.

Si bien tiene un ancho de 46cm, muy parecido a las sillas estándar, sus “dos patas” la hacen más liviana. Viene en madera natural o con tinte negro; con o sin apoyabrazos.

Inversiones bien pensadas

“Mi cliente tenía super claro lo que quería. Realizamos una inversión inteligente en cuanto a los materiales y mobiliario, con el foco puesto en soluciones que valieran la pena, y aprovechamos objetos y muebles vintage que ya tenía”, comparte el diseñador de interiores Rob Ortiz sobre esta remodelación en un dúplex con vista a la 9 de Julio.

La versatilidad de las ‘Cesca’ no solo permitió ubicarla en un ambiente que se mueve entre lo clásico y lo moderno, sino también combinarla con otras sillas en las cabeceras.

El licenciatario oficial de este modelo es Knoll, que en Argentina representa Interieur Forma. Thonet tiene uno muy similar, surgido de un antiguo pleito por plagio de Breuer con otro diseñador. Lo cierto es que las copias son lo que prima. Si bien tienen un precio mucho más bajo, habrá que evaluar la calidad y la garantía en cada caso.

Apta para ambientes con personalidad

¿Sólo para espacios depurados y minimalistas? ¡Nada de eso! Así lo demuestra esta imagen cargada con el color de la obra de Jorgela Argañaras. “Jugué en cada espacio con una mezcla de nuevo y viejo, de colores, texturas y mucha vegetación. No quería un lugar que se pareciera a ningún otro”, nos decía Ariel Naso Arce, asesor de imagen y dueño de casa.

Puestas para imaginar

En Intervista, Curaduría de Objetos, su local a puertas cerradas en San Telmo, Fernanda Malvitano va más allá de ofrecer muebles y objetos vintage y de diseño: los agrupa en rincones ambientados para que podamos vislumbrar todas sus posibilidades. Acá les mostramos cómo, en pocos metros, creó dos situaciones muy distintas tomando como base las mismas sillas.

Para el escritorio

Por su comodidad, también son una buena opción para un escritorio de uso ocasional. Y no desentonan con las decoraciones frescas, como podría hacer una clásica silla de oficina.

Acompañando el sillón del living

Cuando visitamos a Ian y Bernardo en este PH con terraza donde viven y también trabajan en Piet, su marca de accesorios masculinos, nos gustó su decisión de colocar dos Cesca con apoyabrazos complementando el sillón del living. Si no hay lugar ni ganas para más sillones, son una gran elección por estilo y comodidad.

Diseño total

“Por fuera, los propietarios quisieron mantener el estilo clásico de chalet; pero a la vez buscaban tener interiores cancheros y actuales”, nos contaban Malena Taboada y Florencia Melazza, socias de Melazza Mobili, sobre el interiorismo de esta reforma en Benavídez. Es increíble: se dice “actual”, y este modelo calza perfectamente, no obstante sus años.

Renovadas con pintura

“La armonía de la familia tiene mucho que ver con la espacialidad de nuestro lugar”, reflexiona María Sivak –artista visual y creadora de Raw Murales– sobre la casa de Olivos donde vive junto con su familia y que pueden ver haciendo click aquí. Entre tantas cosas, nos gustó cómo se animó a restaurar sus Cesca heredadas.

Entre las alternativas de color, están las que tienen asiento (y a veces respaldo) tapizado, una opción muy interesante.

 

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