Las recientes precipitaciones en el Parque Nacional de Doñana han traído consigo una mezcla de alivio y cautela.

El programa Copernicus de la UE compartió una imagen que compara la vista desde el satélite Sentinel 2 del parque en abril de 2023 y 2024 tras las abundantes lluvias de Semana Santa.

Con un total de 145,3 litros por metro cuadrado recogidos durante el mes de marzo, estas lluvias representan una bendición tardía que, aunque no revierte completamente las condiciones de sequía, ofrece un respiro crucial para la biodiversidad del parque.

A pesar de superar las cifras de los últimos tres años, con 404,4 l/m2 acumulados desde septiembre, aún estamos lejos de alcanzar la media histórica de más de 500 l/m2.

 

Una recuperación parcial

Las marismas y lagunas, elementos vitales de Doñana, muestran signos de recuperación. Lugares como Santa Olalla y El Sopetón han visto cómo sus aguas vuelven a extenderse, creando el hábitat necesario para la cría de aves acuáticas como fochas, calamones y cigüeñas. Este rejuvenecimiento es crucial, dado que el parque ha sufrido una disminución en la población de aves durante la invernada debido a la sequía anterior.

Sin embargo, el alivio proporcionado por la borrasca Nelson y otras precipitaciones no puede ocultar los problemas más profundos de Doñana. La sobreexplotación de los acuíferos sigue siendo una preocupación grave, exacerbada por la agricultura intensiva y un modelo turístico que demanda grandes volúmenes de agua. 

Se puede observar el impacto de las lluvias mediante las cámaras que la ICTS-Doñana ha colocado en la reserva, las cuales ofrecen transmisiones en vivo.

 

¿Una buena noticia?

Doñana lleva enfrentándose a un déficit de precipitaciones durante más de una década, con niveles consistentemente por debajo de la media, lo que ha provocado una situación de sequía que podría considerarse casi estructural

En los últimos tres años, esta tendencia se ha agravado con lluvias particularmente escasas, lo que ha generado una gran preocupación por el deterioro notable de la vegetación y la biodiversidad de la zona. El último informe sobre el Estado de la biodiversidad de Doñana, presentado por la ICTS-Doñana en febrero pasado, destaca estos alarmantes hallazgos.

Ante este panorama, la ICTS-Doñana adopta una postura de cautela y expectativa. Si bien las precipitaciones recientes han mitigado temporalmente algunos de los problemas más inmediatos asociados a la sequía, no resuelven el problema más profundo y menos visible de la sobreexplotación de las aguas subterráneas

Será crucial monitorear las precipitaciones y las temperaturas en los próximos meses para evaluar de manera integral su impacto en el ecosistema de Doñana y determinar si pueden contribuir a una recuperación sostenible o si solo representan un alivio momentáneo.

Un enclave para la biodiversidad

Doñana no solo es crucial por su biodiversidad, sino que también juega un papel esencial en la investigación científica y en la educación ambiental. La ICTS-Doñana proporciona datos valiosos a través de sus sensores automáticos y cámaras en directo, permitiendo a los científicos y al público general seguir de cerca los cambios en el parque.

También es fundamental reconocer y preservar la singularidad de Doñana como un humedal de importancia internacional. No solo es un refugio para especies en peligro, como el águila imperial y el lince ibérico, sino también un laboratorio vivo donde podemos aprender cómo proteger nuestros ecosistemas más vulnerables en un mundo que cambia rápidamente.

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