Mientras esperamos con ilusión el desenlace de la parte final de la temporada, donde el Barça todavía está en disposición de cazar las dos piezas más grandes (sin olvidarnos del primer equipo femenino ni de las secciones profesionales), el FCB continúa teniendo abiertas carpetas muy sensibles. Una de ellas es qué va a pasar con el acuerdo de patrocinio con Nike, el más sustancial de los que están vigentes en materia económica después del de los derechos de televisión. ¿Se mantendrá igual? ¿Se ampliará? ¿Entrará otra marca? ¿Fabricará su propia ropa? Lo cierto es que el contrato actual ya prevé una ampliación de tres años más, hasta 2031.

Lo que me pareció inaudito es que el presidente azulgrana, hace unas semanas, aireara públicamente en un programa de radio de gran audiencia sus quejas sobre la multinacional estadounidense, más que nada por las formas y por el tono. No es propio de un líder de una gran entidad deportiva o empresa crear esa tirantez y despotricar de quien ha sido y es el aliado más fiel y longevo del club, concretamente desde 1998. Solo por eso, ya merece una consideración. Puede decir lo que piensa, pero sobre todo debe pensar lo que dice porque sus palabras acarrean consecuencias. Además, tal y como reza en el contrato, a requerimiento de la firma estadounidense, “el FCB negociará con Nike en buena fe con respecto a los términos de la renovación del acuerdo”.

Todo ello no es óbice para que el FCB no pueda ni deba defender sus derechos e intereses, por supuesto que sí debe. De hecho, como se sabe, hay tres demandas del FCB contra Nike en los juzgados interpuestas por la anterior junta por diferentes motivos. Sin embargo, ¿qué es “buena fe”? Sencillamente, el FCB no puede hacer lo que está haciendo y le podría perjudicar en una hipotética demanda todo lo que afirmó su presidente. El FCB tiene expresamente prohibido por contrato (así como en su nombre, agentes, abogados o representantes) establecer conversaciones y negociaciones con cualquier empresa del sector hasta que falten 730 días (dos años) para la expiración de dicho compromiso. Si el actual vence en 2028, solo podría hacerlo a partir de 2026. Y además, si lo hace dentro del tiempo legal establecido, el FCB tiene la obligación de presentar a Nike por escrito cualquier oferta que reciba con la finalidad de poder igualarla o mejorarla.

No es propio de un líder de una gran entidad deportiva o empresa crear esa tirantez y despotricar de quien ha sido y es el aliado más fiel y longevo del club, concretamente desde 1998

El FCB, si quiere, puede rescindir el contrato. Ahora bien, que se atenga a las consecuencias. Lo menos malo es que en caso de litigio serían los tribunales de justicia de Barcelona los que se harían cargo de la demanda, no se vería en Estados Unidos. Imaginemos que Nike presenta una demanda de 100 millones de euros por lucro cesante más daño reputacional, aspecto que también se contempla en el contrato. ¿Está el FCB en condiciones de provisionar (retener) cada año esos 100 millones de euros hasta que se resolviera el conflicto? Por eso, siempre es mucho mejor la buena fe y la negociación que la testosterona.

 

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