Al asaltante que irrumpió en la joyería situada en el centro de San Antonio de Padua no le importó que su rostro quedara grabado por las cámaras de seguridad instaladas en el local. Cuando cruzó el umbral del local puso el arma en posición de disparo, movió la corredera para cargar el proyectil en la recámara y le apuntó a la dueña del comercio.

El violento asalto, que duró menos de un minuto, ocurrió en las últimas horas en la joyería situada en Italia al 1200, en la zona comercial de la mencionada localidad del partido de Merlo. Según denunciaron dueños de los negocios situados en esa cuadra, fueron varios los comercios que sufrieron robos en la misma cuadra en el lapso de solo una hora, ayer entre las 17.30 y las 18.30.

En el video, que no tiene audio, quedaron registradas las facciones del asaltante. Luego de apuntar con su arma a la dueña del local, el asaltante pasó del otro lado del mostrador. Apoyó el cañón del arma en el cuerpo de la mujer para que no se resistiera al robo y para obligarla a poner en la mochila todos los relojes y dispositivos electrónicos que tenía en el comercio.

Según registraron las cámaras de seguridad, el ladrón cargó todo lo que podía llevar en su mochila. Además, exigió a la propietaria del comercio que abriera una vitrina en la que se exhibían otros relojes y pulseras. Antes de huir, el asaltante volvió sobre sus pasos y sustrajo otros accesorios electrónicos.

Aunque todavía era de día y había transeúntes que caminaban por la vereda, nadie ingresó en el local. El asaltante se preocupó de que la propietaria de la joyería no pidiera auxilio ni gritara. No dejó de apuntarle con su pistola para cortar cualquier intento de activar una alarma o realizar alguna seña que alertara a los comerciantes vecinos.

Después de un minuto, el ladrón abandonó el local y huyó. Hasta el momento no fue detenido. Al consultar con los propietarios de los negocios de la zona, Romina advirtió que había sido una víctima de una serie de robos registrados en la misma cuadra, durante una hora.

Italia es la misma calle en la que, en junio pasado, fue asesinado el empresario Esteban Izzo, atacado cuando estaba en su casa con su esposa, Silvina Petinari. Un grupo de delincuentes irrumpió en su chalet y lo sorprendió mientras dormía.

El jefe de la comisaría de San Antonio de Padua, había sido relevado dos días antes del ataque, luego que los vecinos de la zona reclamaron que no había patrullajes. A pesar del cambio del comisario, los robos siguieron. Durante los diez meses siguientes, fueron reemplazados otros dos jefes. Pero los asaltos siguieron.

 

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