SPORT ha cubierto las últimas 19 finales de Copa a las que ha llegado el FC Barcelona. La primera fue la de la temporada 1980-81, ganada por el equipo azulgrana contra el Sporting de Gijón (3-1) con Helenio Herrera en la dirección técnica y, la última, la del curso 2020-21, también conquistada por el Barça ante el Athletic (4-0) en La Cartuja de Sevilla, con Ronald Koeman en el banquillo. El 30 de abril, por otra parte, es un día prolífico en la historia del FC Barcelona porque, además de la Copa contra el Mallorca, el equipo azulgrana ganó otro título, concretamente una Liga, la de la temporada 2017-18 después de ganar en Riazor al Deportivo (2-4). El equipo catalán cantó el alirón en la jornada 35, a falta de tres para el final, después de sacar 9 puntos al Atlético de Madrid. Fue el penúltimo título del Barça en el torneo doméstico, la Liga número 26 de la entidad. Ocho días antes, el 21 de abril, el Barça se había proclamado campeón de Copa por trigésima ocasión, por lo que firmó un nuevo doblete.

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El FC Barcelona no dejó escapar la ocasión de proclamarse rey de Copas y, superando al Mallorca en la final de Mestalla, disputada el miércoles 29 de abril de 1998, conquistó su 24º título de la competición de KO, superando al Athletic (23). El triunfo, por otra parte, significó el tercer título de la temporada después del éxito en la Supercopa de Europa (11 de marzo) y la Liga (18 de abril).

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La portada del 30 de abril de 2018. El Barça, campeón de Liga
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Los hombres de Louis van Gaal alcanzaron la final después de dejar en la cuneta al Valencia, Mérida y Zaragoza. En la final aguardaba el Mallorca, que se lo puso muy complicado al conjunto azulgrana desde el inicio. Stankovic, en el minuto 6, adelantó al cuadro de Héctor Cúper y el Barça no pudo nivelar la contienda hasta el segundo tiempo, por mediación de Rivaldo (minuto 66). El brasileño dedicó el gol a su hijo, Rivaldinho, que ese mismo día cumplía tres años.

Prórroga y penaltis

Se llegó al final de los 90 minutos reglamentarios con empate. La prórroga, sin embargo, tenía color azul y grana al empezar el Mallorca el tiempo extra en inferioridad numérica por las expulsiones de Mena (minuto 85) por una durísima entrada sobre Rivaldo y de Romero (minuto 90) por acumulación de tarjetas amarillas. Además, el desgaste físico del Mallorca había sido mucho mayor que el del Barça.

El equipo balear sobrevivió a la prórroga a base de coraje, amor propio y suerte. El asedio del Barça fue total y Pizzi y Giovanni, en cada uno de los dos tiempos adicionales, estrellaron sendos remates a la madera. El meta Roa, igualmente, firmó actuaciones de mérito. La final, después de 120 minutos de lucha, tendría que decidirse en la tanda de penaltis.

Desde los 11 metros siguió la igualdad. El argentino Roa detuvo el lanzamiento de Rivaldo y el disparo de Iván Rocha se perdió por encima del travesaño. Marcaron Giovanni y Soler. Roa paró el penalti a Celades y Hesp hizo lo propio con el de Iván Campo. Todo seguía igual… Acertaron Pizzi y Olaizola; y Roger y el meta Roa. Se llegó al final de la serie con empate (3-3).

Empezó entonces a muerte súbita. El cara o cruz. Falló Figo (detuvo Roa) y Stankovic pudo sentenciar la final, pero mandó el balón fuera. La Copa, que parecía que iba a volar a Mallorca, permaneció en Valencia unos minutos más. Óscar y Amato no fallaron, como tampoco erró Reiziger. Llegó el turno de Ezquerro… Y detuvo Hesp con los pies. El Barça, campeón (5-4) después de 16 penas máximas, una tortura para los corazones.

Núñez: «No sabía que mi corazón pudiera aguantar tanto»

Figo recogió la Copa, el Barça se hizo con su cuarto doblete y la euforia se desbordó en Barcelona y Canaletes fue una fiesta. Tercer título en pocos días. El presidente del FC Barcelona, Josep Lluís Núñez, no pudo definir mejor lo sucedido: «No sabía que mi corazón pudiera aguantar tanto» y confesó que «cuando iba a tirar Stankovic me acordé de Sevilla».

La gran celebración tuvo lugar al día siguiente, en la Plaça de Sant Jaume. Para los que estuvieron allí, o siguieron la fiesta por televisión, recordarán las palabras que dirigió Louis van Gaal a la afición barcelonista desde el balcón del Palau de la Generalitat: «¡Qué, qué, qué! ¡Barça, Barça, Barça!». O las de Abelardo, imitando a Amunike en la celebración de la Liga días atrás: «¡Campeolones, campeolones!».

 

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