El partido entre Atlético de Madrid y Athletic Club de Bilbao tuvo, mucho antes de empezar, los focos encima: se trató de un duelo directo entre dos candidatos a ocupar una plaza en la próxima Champions League. Suficiente para que la Liga de España lo programara en el horario central del fin de semana: sábado a la noche. Cuando el partido arrancó en el estadio Metropolitano de Madrid, los locales -guiados por Diego Simeone- estaban tres puntos delante de los vascos, recientes campeones de la Copa del Rey. Cuarto contra quinto: el que está consiguiendo el último boleto contra el que quiere quitárselo. Dos horas después, cuando todo terminó, la evidencia les daba la razón a los que habían imaginado un partidazo: vaya si lo fue… El 3-1 para el local, con alto protagonismo argentino, tuvo también elementos extrafutbolísticos que aumentaron la tensión durante el juego.

Desmontado de la actual Champions en cuartos de final tras ser eliminado por Borussia Dortmund, el equipo que lleva en su envase a tres campeones del mundo -Nahuel Molina, Rodrigo De Paul y Ángel Correa- venía de una derrota ante Alavés como visitante, lo que acrecentaba la importancia de este partido: un triunfo lo alejaría seis puntos de Athletic de Bilbao, con 15 por jugarse. Una buena ventaja. Y no tardó demasiado en ponerse en ventaja luego de que De Paul tomara un rebote en la puerta del área, rematara y su disparo se desviara en Paredes para que la pelota se colara arriba, por encima de Unai Simón. Se trataba del tercer gol del argentino en esta buena temporada que transita (dos por la liga, uno por la Champions).

El gol de De Paul

Dueño del desarrollo y con su gente, Atlético se sintió cómodo con la ventaja y pudo utilizar el arma del contraataque, que tan bien le sienta a los equipos de Simeone. De hecho, los visitantes no creaban demasiado peligro, más allá de su lógico adelantamiento en la cancha: Oblak no sufría asedio sobre su arco, y casi tampoco sobre su área.

Pero hubo un episodio que cambió el curso del primer tiempo. Ocurrió a los 40 minutos, cuando Athletic de Bilbao tenía un córner a su favor. Nico Williams, jugador español de origen ghanés, se disponía a rematar cerca de la parte de la grada donde se ubica el sector de aficionados más radicales del equipo colchonero y algunos de ellos profirieron cánticos racistas contra el extremo del conjunto vasco.

El árbitro, Martínez Munuera, paró el partido durante algunos minutos porque el jugador estaba afectado junto al banderín de córner. Muchos de los protagonistas -entre ellos De Paul- se acercaron a darle su apoyo, mientras el menor de los Williams -su hermano Iñaki, que juega para la selección de Ghana, también fue titular- hacía gestos de desaprobación. Acto seguido, la megafonía del estadio avisó en dos ocasiones a los hinchas que “se abstengan de proferir gritos ofensivos”. Después, el club rojiblanco escribió en sus redes sociales: “El Atlético de Madrid está en contra de cualquier acto de racismo o de odio”.

El gol de Nico Williams y su particular festejo

¡GOOOL DE ATHLETIC CLUB! 🔥

⚽ Sobre el final del primer tiempo, Nico Williams empató el partido ante Atlético de Madrid.

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— DSPORTS (@DSports) April 27, 2024

Como si se hubiera orquestado una respuesta inmediata con la pelota como protagonista, el propio Nico Williams se tomó revancha cinco minutos después. Un insólito pase atrás de Antoine Griezmann desde tres cuartos de cancha terminó en un contraataque fulminante delos leones de Bilbao, en el que intervinieron los hermanos y Guruzeta, que asistió a Nico para que rematara de primera y anotara el empate. El festejo no dio lugar a interpretaciones dudosas: miraba al público, desafiante, y con una mano se tocaba el otro brazo, señalando el color de su piel.

El arranque del segundo tiempo, con toda la incertidumbre por delante, regaló la joya de la noche en el Metropolitano. Y la bordó Correa, que peleó para recuperar una pelota, lo logró y luego metió un pique en diagonal para marcarle la dirección del pase a su compañero Koke: el argentino controló la pelota con el empeine derecho, gambeteó a Simón hacia la izquierda y definió con un toque de zurda. Golazo y 2-1 para el Atlético de Madrid, a los 6 minutos de la etapa final.

Fue el momento decisivo del partido. El público bañaría en aplausos a Correa un rato después, con el partido 3-1 (el último gol llegó con un remate de Samuel Lino que dio en el palo y se metió en el arco luego de rebotar en la espalda del arquero visitante), cuando Simeone lo sustituyó. Acostumbrado a ser pieza de recambio, este sábado fue titular en el ataque y anotó su noveno gol en el campeonato. Con 29 años, y luego de haber rechazado en el invierno europeo una oferta del fútbol árabe, el futuro del rosarino es incierto. Como sea, el aporte a su equipo resultó fundamental en este partido vital.

El final del partido generó una lógica reacción de los jugadores locales, que levantaron los brazos para celebrar una victoria impostergable, que lo encamina a la clasificación a la Champions. Estos seis puntos de ventaja sobre su rival tienen un asterisco: si quedaran igualados en puntos al final del torneo, el criterio de desempate privilegia el balance de los resultados en los partidos entre sí, y en ese ítem quedaron igualados (Athletic había ganado 2-0 en el partido de ida). El segundo elemento de desempate es la diferencia de gol, y allí se imponen los colchoneros por ahora (23 contra 20). ¿Aprovechara el equipo de Simeone el envión de semejante triunfo para evitar cualquier especulación matemática?

Lo mejor del partido

 

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