La consigna: una caminata con sombreros. El objetivo: concientizar sobre el cuidado de la piel. La experiencia que el último domingo convocó a cientos de personas ya va por su séptima edición. Coloridos, con accesorios, hechos a mano o artesanales, los sombreros fueron los protagonistas de un circuito internacional. Al tiempo que el barrio de Recoleta se colmaba de viseras, gorros, y piezas de alas anchas o copas altas, en distintas ciudades del mundo se replicaba la iniciativa.

El punto de encuentro fue en Juncal y Suipacha, en la Basílica del Socorro. Desde allí partieron los visitantes, dispuestos a lucir sus sombreros en coincidencia con las celebraciones de London Hat Week. A su vez, más de 16 ciudades del mundo celebraron la World Hat Walk.

La versión porteña, impulsada por Marcos Shayo, contó con los aportes de la doctora Alejandra Ciappa, rescatista de las Torres Gemelas.

También participó Laura Noetinger, diseñadora de sombreros, y el profesor de Historia Martín Leguizamón, que armó un recorrido histórico con curiosidades y pasiones argentinas: desde las esculturas de la Plaza Carlos Pellegrini hasta la Avenida Alvear y “los palacios que nos interpelan desde su silencio”, expresó Leguizamón.

“El Paseo con Sombrero Buenos Aires es una ocasión para animarse a usar este accesorio, el que mejor protege la piel. El valor de caminar junto a otros, sentirse cuidado y al mismo tiempo descubrir joyas urbanas es el auténtico motor de la movida”, señaló Shayo sobre el circuito que está inspirado en la Passejada Amb Barret de Barcelona, que ya lleva 20 ediciones mapeando la Rambla de Catalunya.

Los que se usan en la playa, los de fiesta, los coloridos y los exóticos. Valieron todas las propuestas para sacar a relucirlos y caminar por Recoleta protegidos del sol.

 

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