El Barça se despidió de la Liga de la misma manera que la empezó, enfrentándose a un equipo que contaba con el beneplácito de un árbitro que responde al nombre de César Soto Grado, del colegio riojano. Ocurrió en el debut liguero ante el Getafe y volvió a ocurrir en Madrid, esta vez en la capital, concretamente en el Santiago Bernabéu. El mismo protagonista y el mismo resultado, la no victoria del Barça gracias a ‘errores’ del árbitro, un capicúa para nada casual.
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El esfuerzo que ha tenido que realizar el equipo de Xavi Hernández ha sido enorme para intentar pelear por un título que estaba sentenciado desde que arrancó el campeonato. En aquella primera jornada, Soto Grado decidió no señalar un claro penalti sobre Araujo por unas manos inexistentes de Gavi, mientras que en Chamartín todas, absolutamente todas las jugadas dudosas y no dudosas cayeron del lado madridista.
Observando solo estos dos partidos, es fácil entender el porqué del horroroso balance del Barça con este colegiado, que en diez partidos dirigidos a los blaugrana ha sido capaz de ver perder hasta la mitad de ellos: además del Real Madrid, Getafe, Valladolid, Cádiz y Atlético han contado con la inestimable presencia de Soto Grado para superar al Barça.
Además de esas cinco derrotas, los blaugrana también han empatado tres partidos, ante Cornellà (0-0 al final de los noventa minutos y el Barça acabó ganando en la prórroga 0-2), Getafe (el debut) y Granada, donde anuló un gol legal de Joao Félix por un fuera de juego de Ferran Torres, que vio volar el balón por encima suyo a una distancia imposible de poder intervenir. En total, diez partidos, cinco derrotas, tres empates y solo dos victorias, las logradas ante Eibar (5-0) y Villarreal (1-3), ambas incontestables.
