Llevó el mundo del teatro off a la televisión argentina y logró una nueva forma de contar la realidad. Así definen en un momento del espectáculo Planeta Gasalla, el legado de este artista que durante todo el fin de semana fue homenajeado en el CCK con un espectáculo musical, una muestra de artes visuales y la proyección al aire libre de tres películas en las cuales participa el gran actor y humorista: Dos hermanos (Daniel Burman, 2010), Esperando la carroza (Alejandro Doria, 1985) y La tregua (Sergio Renán, 1974).

En un emotivo viaje a los 80 y 90, ayer los clásicos personajes de Antonio Gasalla aparecieron entre los visitantes, en intervenciones improvisadas, como por ejemplo la empleada pública, que recibía a los visitantes y jugaba a organizar la entrada al show.

El espectáculo musical dirigido y escrito por Diego Sebastián Oria busca ser un homenaje que si bien no cuenta de manera cronológica la vida y la obra de Gasalla, sí repasa los momentos más emblemáticos de su carrera y trata de recuperar el espíritu irreverente y mordaz del artista.

En una combinación de cuadros musicales, proyecciones en pantallas y sketches, durante la obra  aparecen sus personajes más emblemáticos: La Abuela, Soledad Solari, Matilde, Noelia, la maestra; Mecha, la millonaria; Flora, la empleada pública y Barbara Don’t Worry, entre tantos otros. Además, Planeta Gasalla cuenta con la participación por video de Carlos Perciavalle, quien interpreta al jefe de una sociedad extraterrestre que está en busca del humor y la alegría que dio Antonio Gasalla a la gente.

“Con el show me interesó resaltar un artista integral, que llegó a la gente con su humor irónico, su desparpajo y lograba generar quiebres, rupturas. Lo que hacía Gasalla en televisión era lo distinto, no se podía comparar con ninguna otra cosa que se hubiese hecho hasta el momento”, dice el director.

Julián Sierra y Walter Canella son los principales intérpretes del espectáculo y quienes llevan adelante gran parte de los personajes: por ejemplo, una escena en el parque con Mamá Cora o las empleadas públicas, que comienzan a rechazar pedidos y solicitudes de la gente, mientras les cobran cada trámite y se quedan de la plata. Luego, en momentos musicales aparecen el resto de las creaciones de Gasalla, acompañadas por fragmentos de entrevistas, participaciones en los programas de Susana Giménez y recortes periodísticos de todo lo que fue su paso por el Teatro Maipo, que supo ser el principal espacio teatral del artista. “Hablar de Gasalla también implica recordar su gran tribu de artistas, personas que él supo darles un lugar en la televisión para que crearan en libertad y pudieran explorar todos sus colores creativos, como Alejandro Urdapilleta, Humberto Tortonese, Verónica Llinás y Norma Pons”, agrega Oria.  Otro hito que es transitado en el show será el paso por el café concert, un género que fue impulsado e instalado por el artista en Argentina.

Para el desarrollo del espectáculo, el director se rodeó de personas que habían trabajado con Gasalla, como Luis López Morera, quien fue un histórico bailarín del programa y forma parte del elenco del show. Además, el hermano de Antonio les prestó el vestuario original de Mamá Cora.

En paralelo, en el sexto piso del CCK se presenta la exhibición Camarín, la trastienda del cómico argentino, una muestra que recorre los grandes éxitos de sus entrañables personajes y recupera momentos poco conocidos de un artista que transitó por el off, el pop art y el Instituto Di Tella.

Una infancia en los cines de Ramos Mejía

Antonio Gasalla nació en 1941 en Ramos Mejía. De chico frecuentaba todas las semanas los tres cines de Ramos para ver la cartelera, con una programación de aquellas comedias musicales de Hollywood de los años cincuenta. De joven, dejó la carrera de Odontología e ingresó al Conservatorio Nacional de Arte Dramático. A mediados de los años sesenta formó parte del grupo precursor del estilo café-concert junto con Carlos Perciavalle y Edda Díaz. Inició su singular trayectoria inmerso en ese underground y en consonancia con el pop art y el Instituto Di Tella. Luego, en los años setenta, escribió los libretos con Enrique Pinti. En 1979 revolucionó la revista porteña y se instaló en el teatro Maipo como director, productor y actor de sus propios espectáculos.

En 1985, su rol de Mamá Cora en Esperando la carroza fue el puntapié a la fama televisiva. En 1988, creó su primer ciclo de televisión, El mundo de Antonio Gasalla, emitido por Argentina Televisora Color (ATC). Le siguió, en 1992, El palacio de la risa, por el mismo canal. Pasó por varias antenas, llevando siempre su vestuario, escenografía y “todo el rollo”, como solía contar en las entrevistas. Durante décadas, Antonio Gasalla supo mantenerse entre la pantalla chica y las temporadas teatrales gracias a su genio y al público que lo acompañaba. Actualmente, se encuentra alejado de la vida pública luego de ser diagnosticado con una enfermedad neurodegenerativa.

Entre los testimonios que se recuperan, hay unas declaraciones de Gasalla sobre su rutina de trabajo que dicen: “La pasada de letra con todo el elenco la hago el jueves por la tarde. Grabo los viernes el programa y lo armo y lo edito el domingo a la noche. Es decir, que de viernes a domingo, un poco arrastrándome, armo un esquema de lo que va a ir en cada bloque. El lunes empiezo a pensar en lo que vendrá, en las escenografías, en la ropa y comienzo a redondear cosas. A veces veo la ropa de los personajes en una percha y me parece que están ahí, que sólo les falta inflarlos”. Eso es lo que sucedió en este homenaje: toda una época de humor irreverente volvió a la vida en el imponente auditorio del CCK.

Planeta Gasalla se presenta este domingo a las 20 en el Auditorio del CCK. La muestra Camarín, la trastienda del cómico argentino se puede ver de miércoles a domingos de 14 a 20

 

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