En los últimos años, son numerosas las investigaciones que se han esforzado en desvelar las incógnitas que giran en torno a la reproducción femenina. Y es que a lo largo de la historia este proceso biológico ha estado repleto de estigmas que no han dejado lugar a una exploración científica divorciada de prejuicios.
Por fortuna, ahora se conoce mucho más sobre los cambios que se producen en el cuerpo de las mujeres durante y después del período de gestación: como por ejemplo, a finales de 2023 se supo que las náuseas y vómitos se producían por una hormona secretada por el feto, y no por una supuesta expresión de rechazo subconsciente al embarazo.
En ese sentido, un nuevo estudio ha arrojado luz sobre una cuestión que también ha sido objeto de especulaciones sin fundamento: la relación entre el embarazo y el envejecimiento biológico. El documento ha sido publicado en la revista PNAS y abre la puerta a seguir investigando sobre los impactos de este proceso en la salud posterior de las mujeres.
Sí, el embarazo tiene efectos en la edad biológica
Todas las investigaciones parten de una hipótesis, y en esta ocasión coincidía con la creencia popular de que la energía invertida durante la reproducción tiene un costo para el mantenimiento del cuerpo. Sin embargo, no existían hasta ahora datos científicos que corroborasen el planteamiento.
Así, un equipo de expertos de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) reunió a 1.735 adultos jóvenes en Filipinas -entre ellos, hombres y mujeres con o sin hijos biológicos- que fueron examinados utilizando seis medidas, conocidas científicamente como relojes epigenéticos, que revelan diversas dimensiones del envejecimiento celular, el bienestar y el riesgo de mortalidad. Los resultados fueron sorprendentes, y constituyen un primer paso para continuar explorando este campo de la reproducción.
Así, un mayor número de embarazos en mujeres se asoció con el envejecimiento en dos relojes epigenéticos, mientras que no sucedió lo mismo en hombres. Lo que revela que la aceleración de la edad podría ser consecuencia específica de la gestación o de la lactancia, detallan los expertos. Concretamente, cada embarazo extra durante la edad adulta temprana se vinculó con aproximadamente 2,4 y 2,8 meses de envejecimiento biológico acelerado.
Además, el patrón de envejecimiento entre las participantes permaneció incluso cuando se analizaron otras factores, como el nivel socioeconómico, la genética o el hábito del tabaquismo, que sin duda también conducen al aceleramiento de la edad biológica.
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En busca de más respuestas
El hallazgo se basó también en datos epidemiológicos previos que revelaban que una elevada fertilidad puede tener consecuencias en la salud de las mujeres. Por ejemplo, los registros históricos de entre los siglos VIII y XIX muestran que la clase alta británica con más descendencia presentaba una menor esperanza de vida, y los investigadores descubrieron que ese mismo patrón se repetía en otros documentos de Estados Unidos y Canadá.
Sin embargo, lo que no se sabía era si este envejecimiento biológico también estaba presente en ejemplos de reproducción ubicados en etapas más tempranas de la vida: “Muchos de los embarazos informados en nuestra medida de referencia ocurrieron durante la adolescencia tardía, cuando las mujeres aún están creciendo. Esperamos que este tipo de embarazo sea particularmente desafiante para una madre en crecimiento, especialmente si su acceso a atención médica, recursos u otras formas de apoyo es limitado”, explica uno de los autores del estudio, Calen Ryan, en el comunicado oficial de la Universidad.
Ahora, los hallazgos en esta investigación permitirán seguir indagando en el origen de este efecto secundario del embarazo, ya que, según apuntan los científicos, los resultados podrían variar si se realiza el estudio en otras partes del mundo. «Aún tenemos mucho que aprender sobre el papel del embarazo y otros aspectos de la reproducción en el proceso de envejecimiento», concluyen.
