Con rencor apenas contenido, la nueva canción “Ángel”, de Tini Stoessel, recrimina: “¿Cómo se perdona? ¿Cómo te arrepientes? Si fueron hermanos y adiós para siempre. Si él le dio la mano y el otro los dientes. Le dieron la espalda y él siempre de frente. Le dieron las gracias, lo empujan del puente”. La virulencia que exuda la letra del tema describe sin nombres propios el fin de la relación entre su padre Alejandro Stoessel y Marcelo Tinelli. Amistad y sociedad que terminaron en juicio en 2009 y que llegó a su fin en 2015, con dictamen favorable para el creador de ShowMatch. Encumbrada en una convicción filial a toda prueba, Tini viraliza y factura lo que siente su familia, y del otro lado uno se pregunta al escuchar la canción: ¿No será mucho? Y la verdad es que no.

Tinelli y Stoessel unieron sus caminos a comienzos de la década del 90. Uno era un director joven de visión renovadora (a lo largo de esa década su inspiración fue clave en ciclos de Telefe como Mi familia es un dibujo, Los Rodríguez o Trillizos) y el otro era el Rey Midas de la televisión popular.

Alejandro se convirtió entonces en director de VideoMatch, y su amistad con Marcelo fue evolucionando a lo largo de los años. No solo era una persona en la que el conductor depositaba toda su confianza, sino que también lo sumaba habitualmente a su intercambio diario con los miembros de su staff. Su buen desempeño también repercutió directamente en el seno de la emisora, y con el correr de los años fue gerente artístico y mano derecha de Claudio Villarruel.

Indudablemente, Stoessel era parte del equipo. Una parte muy importante. Tanto que cuando en 1999 VideoMatch se mudó a Azul Televisión, el director decidió secundar a su amigo, saliendo de la zona de confort que le ofrecía Telefe, pero recibiendo a cambio la gerencia de programación del canal. Y en 2006, cuando la monumental maquinaria comandada por Tinelli desembarcó en Canal 13, nuevamente Alejandro estuvo a su lado. Y ya que estaba asumió la gerencia de contenidos de Ideas del Sur, en reemplazo de Sebastián Ortega.

Sin embargo, lo que parecía una sociedad indisoluble explotó por el aire en 2008. En pantalla parecían cisnes, pero cuando se apagaba la cámara volvían a ser patitos feos.

Crecimos inventando historias al revés

El 18 de diciembre de 2008, Marcelo Tinelli decidió prescindir de Alejandro Stoessel, y así se lo hizo saber la empresa mediante el correspondiente telegrama de despido. El año anterior, el conductor había explicado en una entrevista con LA NACION, cómo era la dinámica de la productora: “Tomamos gente y sacamos gente. Son los ajustes lógicos de acuerdo al plan de trabajo de cada año, como lo hacen todas las productoras y los canales. Otros tienen planes de retiro voluntario, nosotros no. Nos acomodamos a nuestras necesidades”.

De acuerdo con lo recogido entonces por la revista Noticias, Alejandro Stoessel no había terminado de acusar el golpe cuando lanzó el contraataque: “Lejos de quedarse conforme con su indemnización, eligió iniciarle un juicio laboral a su ex jefe y a Ideas del Sur por 2.300.000 pesos, alegando que casi el 50 por ciento de su sueldo de 80.000 pesos mensuales lo cobró en negro”. La investigación hablaba de una situación de desencuentros y recriminaciones que tuvieron su punto cúlmine a raíz de un viaje a Nueva York. Sin embargo, el detonador que se encargó de dinamitar lo construido durante casi veinte años, tenía que ver con los beneficios logrado por Patito Feo, exitosa tira infanto-juvenil protagonizada por Laura Esquivel y Brenda Asnicar que enfrentó a los ex compañeros. Una contienda de “divinas” y “populares”, pero con género cambiado, una lujosa oficina y un escritorio gigante a modo de cuadrilátero.

Patito Feo debutó con la primera de sus dos temporadas por la pantalla de Canal 13 el 10 de abril de 2007, y la perspectiva de éxito no tardó en aparecer. La estrategia había sido muy pensada, tanto como para que dos días antes se hiciera una gran fiesta de apertura en el Planetario. El programa no había empezado a rodar y ya se estaba hablando de él.

El elenco, los guiones de Mario Schajris y Marcela Citterio, y especialmente el carisma de sus jóvenes protagonistas completó un círculo virtuoso que fascinó a la audiencia (promediando 18 puntos de rating en su primera temporada, un número enorme para su franja vespertina). El formato llamó la atención a nivel mundial, y fue estrenado a través de Disney Channel en Latinoamérica y Europa.

Como siempre en estos casos, el suceso televisivo redundó en presentaciones en vivo, junto a una batería inagotable de productos paralelos: discos, DVD, ropa, artículos escolares y hasta videojuegos, merchandising que aparecía en cualquier lugar que uno mirara, y cuyo rédito económico desembocaba en las arcas de la productora de Tinelli.

Pero Stoessel tenía otra visión, asegurando contar con argumentos para defender la propiedad intelectual (y por ende las regalías) del programa. Y por ello fue. En una presentación judicial que dio mucho de qué hablar, llevó a que la productora fuera allanada y los otrora amigos terminaran enfrentados, con el cuchillo entre los dientes. De acuerdo con documentos de la época, el productor exigía “la reivindicación parcial de los registros y/o solicitudes de marcas que componen la expresión ‘Patito feo’”, además de la propiedad intelectual y el pago de un monto correspondiente a “daños y perjuicios y publicación”.

El año que vivimos en peligro

El 2009 fue un año de sinsabores para Marcelo Tinelli. Al juicio millonario de Alejandro Stoessel se sumó su separación de Paula Robles, después de 14 años de relación y 12 de matrimonio. Curiosamente, en ese momento, la bailarina probaba suerte como actriz, siendo el interés romántico de Juan Darthés en… Patito Feo.

Fueron años de litigio, de presentaciones judiciales que iban y venían. Finalmente, el 7 de noviembre de 2015, LA NACION se hacía eco del fallo judicial: “En marzo de este año, la Secretaría 14 del Juzgado 7 de la Ciudad de Buenos Aires había fallado, en primera instancia, a favor de Tinelli, desestimando así el reclamo. El padre de Martina Stoessel, de todos modos, decidió apelar, y ayer, la Sala 1ª de la Cámara Civil y Comercial Federal confirmó el fallo a favor del conductor de ShowMatch”. Mientras el papá de Tini se veía obligado a pagar una cifra millonaria conformada de diferentes costas -por lo que atravesó el embargo de sus cuentas bancarias-, Tinelli elegía no hablar con los medios, pero sí retuitear aquellos posteos que daban cuenta de la decisión de la justicia. Su adversario también utilizó las redes, pero para irle directamente al hueso (más o menos como hoy su hija): “Cuando dos personas saben la misma verdad, hay una sola justicia, y está en la conciencia. No en un fallo de jueces. Duermo en paz, vos?”.

El litigio que terminó a favor de Marcelo Tinelli pero que separó a la dupla para siempre, no impidió que en 2019, cuando recibió el Martín Fierro por los 30 años de VideoMatch/ShowMatch, el conductor incluyera a Stoessel en los agradecimientos. Algo que muchos vieron como un intento de acercamiento. Muchos menos uno.

Mientras tanto, hoy un nuevo duelo generacional nace y se reproduce en redes sociales. Sin nombres propios porque pareciera que la valentía pasó de moda, pero con un subtexto que alude al conflicto y sus protagonistas. Alejando Stoessel le dijo en público a su hija, lo que podría haberle dicho en privado: “Las palabras que salen del alma para expresar nuestras vivencias siempre son el fiel reflejo de la verdad. Estoy orgulloso de tu álbum. Sé lo que viviste. Sé que cada palabra evidencia lo que sufriste y lo que soportaste. Siempre fuiste una mujer valiente, talentosa y brillante, al tener que poner en palabras los sentimientos y verdades que nos acompañan a lo largo de la vida. Te amo y estoy agradecido por las canciones bellas que me dedicaste. Tu mamá, Fran, vos y yo sabemos lo que vivimos, lo que sufrimos y también lo felices que fuimos y somos”. Obviamente, la sentida declaración excede los límites de su conflicto laboral, pero es evidente que en sus palabras está incluido.

También hubo voces, aunque no desde la vereda de enfrente sino desde “la ancha avenida del centro”. Cande Tinelli se dirigió a sus seguidores intentando poner paños fríos: “Siento que están esperando que hable. Hablando desde el corazón, quiero y respeto a esa persona y jamás haría o diría algo para lastimarla. Ni a ella ni a su familia. Me llevo bien, posta. Sólo me da pena y angustia que se cuenten mal las cosas. En fin. Perdón si enojada dije cosas defendiendo a capa y espada a mi familia, pero es más fuerte que yo. Les juro que de mí pueden decir barbaridades, como siempre me han dicho, y hasta me río literal. Pero wow, de mi familia, qué difícil. En fin, buenas noches a todos”. Nuevamente sin decir, lo que parece estar todo dicho.

 

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