Athletic Club y Mallorca se jugaban en La Cartuja mucho más que la gloria copera. El destino del partido iba a marcar el futuro de las posiciones europeas para la próxima temporada, un partido que muchos equipos seguían con lupa, pues su desenlace iba a ser determinante para sus aspiraciones inmediatas.
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Era un partido crucial para muchos, ya que el campeonato liguero en España otorga hasta seis posiciones europeas para los equipos según su clasificación. Los cuatro primeros acceden directamente a la Champions League, el quinto clasificado a la Europa League mientras que el sexto posicionado participará en la Conference League. Sin embargo, existe un pequeño asterisco: el campeón de la Copa del Rey se clasifica de manera automática para la siguiente edición de la UEFA Europa League.
La situación actual de la clasificación liguera, con el Athletic Club acomodado en la quinta plaza hace que la victoria de los bilbaínos en la Copa del Rey cambie las asignaciones en las clasificaciones, que se desplazarían una posición si los de Ernesto Valverde acabasen quintos esta temporada. De esta manera, el sexto clasificado sería equipo de Europa League, mientras que el séptimo clasificado pasaría a ser equipo de Conference. En resumen, el campeonato español dispondría de un participante más en las competiciones europeas.
La victoria del Mallorca hubiese sido fatal para muchos equipos en sus aspiraciones europeas, ya que los baleares hubiesen entrado directamente a la Europa League limitando las asignaciones a competiciones continentales a seis para la próxima temporada. Real Sociedad, Betis, Valencia, Osasuna, Villarreal, Getafe o Las Palmas son los equipos con opciones de pelear esta séptima plaza que, ahora mismo, permitiría disputar la Conference League. Un resultado desafortunado para el Mallorca, aunque esperado por muchos equipos del campeonato.
