Drew Barrymore cuenta con una carrera tan extensa con exitosa. Su primer trabajo fue a los 11 meses, cuando la eligieron para protagonizar un comercial. A los siete años se ganó el corazón de todo el planeta cuando interpretó a Gertie en ET, el extraterrestre. A partir de ese momento, los éxitos comenzaron a sucederse tanto en la pantalla grande, como actriz y productora, como en su “nuevo” rol de conductora televisiva. Sin embargo, cuando le preguntaron cuál es el hito del que se siente orgullosa, la protagonista de Jamás besada no eligió ninguno de sus proyectos profesionales.

“Creo que, para mí, haber dejado de beber alcohol es una de las cosas que más honra el apellido Barrymore, porque todos hemos sido muy hedonistas”, reveló la actriz, que es miembro de una de las dinastías más longevas de Hollywood.

Su abuelo, John Barrymore, fue un famoso actor de teatro clásico en los años 20 y 30, y bebió hasta morir. Su tía Diana confesó haber consumido drogas y alcohol en su biografía Too Much, Too Soon. Y su padre, John Drew Barrymore, también contaba con antecedentes de alcoholismo.

“No me consideren un pilar de la salud y el bienestar y de tenerlo todo bajo control”, señaló, en una entrevista publicada este sábado por People. ”La verdad es que algún punto podría resumir la historia diciendo que en algún momento pensé: ‘¿Sabés qué? Esto no funcionó para nuestra familia y voy a detenerlo. Seré yo quien rompa el eslabón de esa cadena y tal vez mis hijos y sus hijos tengan una mejor vida gracias a ello’”, reflexionó. Y agregó: “Tenemos que luchar contra las locuras genéticas que nos traen nuestras familias”.

En 2022, la actriz había confesado que tras su divorcio comenzó a beber más, pero que pudo reconocer los síntomas y las señales de advertencia porque fue adicta al alcohol durante su adolescencia. “Cuando sentí que la vida que planeé para mis hijos se esfumaba, creo que me enfrenté a un momento más difícil que las cosas que enfrenté cuando era niña. Se sintió mucho más real porque ahora no estaba sola; se trataba de estos niños que tanto me importaban”, dijo.

“Entonces probablemente me preocupé tanto, que me olvidé de cuidarme a mí misma. Fue una trayectoria confusa, dolorosa e insoportable, como caminar a través del fuego y volver a la vida”, definió aquella época. Tras pasar un tiempo en terapia, dejó de beber. “Fueron mis hijos los que me hicieron sentir que era hora de jugar”, dijo. Y se dedicó a desarrollar The Drew Barrymore Show, que se renovó para una quinta temporada en enero.

Si bien el de la bebida no es un legado que piense continuar, hay otro que le preocupa desde su más tierna edad. “Desde que puedo recordar, pensar y ser una persona cognitiva, diría que alrededor de los tres años, siento esta extraordinaria responsabilidad cuando veía las películas de mi familia para mantener vivo su nombre”, explicó. “Siento que ese legado me ayuda a comprender por qué me siento tan atraída por trabajar en el mundo del cine y la televisión. Lo tengo en mis genes y en mi sangre, y he tenido la suerte de que este negocio me permita seguir adelante”, indicó.

A pesar de haber atravesado varias crisis, la actriz asegura que cuando se encienden las cámaras, todo queda atrás. “No importa lo que haya pasado en mi vida personal, nunca he llevado mis problemas al set o al estudio. Nunca he arruinado un trabajo. Jamás me desmorono. No ando desprevenida. Doy todo de mí para trabajar. Soy una profesional consumada, con una ética de trabajo infalible”, afirmó.

 

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