A la hora de ponernos a cocinar, hay algo que siempre nos trae por el camino de la amargura. Hablamos de poner a cocer la comida y, en el momento en que empieza a hervir, se desborda toda el agua.
Y es que si no estás al tanto la vitrocerámica comenzará a pitar o, en su defecto, cuando vuelvas a la cocina verás todo el desparrame que se ha producido. No eres el único al que le ha pasado esto en la cocina, pero, por suerte, tiene fácil solución.
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Además de estar atentos al punto de ebullición, que es algo en lo que solemos despistarnos y fallar, hay un truco infalible que te ayudará a que no se produzcan estos reboses nunca más. Coge papel y boli y apunta.
Este truco casero para evitar desbordamientos es de lo más fácil y económico que vas a encontrar. Y es que solo necesitamos usar un ingrediente para ponerlo en práctica: el aceite. Basta con empapar un paño con un poco de este oro líquido para después pasarlo por los bordes superiores interiores de la olla.
La diferencia de densidad entre ambas sustancias evitará que el agua, al aumentar su temperatura, rebose. Este truco funciona con cualquier tipo de aceite, puesto que el efecto aislante será el mismo.
