Construida en 1956 en La Lucila, esta fue la casa de los abuelos de Javier, el lugar donde crecieron su padre y su tía. Tras estar alquilada por más de 15 años, Javier Biglieri, fotógrafo y director creativo de Büro Content Studio y Rodrigo Pedreira, actor y creador de Hábitat Concept, pudieron alquilarla, tras la salida de los últimos inquilinos, justo cuando evaluaban la idea de convivir.

La casa, en sí, es como un gran objeto que se va resignificando. Nuestros amigos y familias nos dicen mucho que acá se sienten abrazados y eso es algo que nosotros mismos buscamos

Javier Biglieri y Rodrigo Pedreira, dueños de casa

Manos a la obra

“La casa estaba muy deteriorada, pero tenía un gran componente emocional y muchísimo potencial para el proyecto que teníamos en conjunto”, cuentan. De a poco y con paciencia, fueron haciendo las reformas y cambios para que la casa se adaptara a sus necesidades. Con mucho cariño hacia los objetos que heredaron, dedicación para ponerse ellos mismos al frente de los cambios, flexibilidad para aprovechar la oportunidad y paciencia para llegar a los resultados, empezaron a escribir su propio relato.

“¿Vamos a esperar a tener una casa propia o vamos cumpliendo el sueño? Para nosotros, nuestra casa es nuestro templo. En lo que podemos llevarnos, invertimos más; en lo que no, quizás buscamos precio. No importa si alquilamos, queremos disfrutarla a nuestra manera”, cuentan sobre la decisión de renovarla.

Vintage y actual

En el living, cambiaron los postigos, que bloqueaban la luz, por carpinterías vidriadas. Pintaron todas las paredes y la chimenea de gris, y dejaron el cielorraso blanco.

“De algún modo, a través de los muebles o los recuerdos, todos nuestros seres queridos conviven acá, es nuestra manera de hacerles un homenaje”, aseguran.

De garage a comedor

El comedor está ubicado en el antiguo garage, que ya había quedado chico para los autos actuales y se usaba como baulera. “Fue el gran cambio que terminó de integrar la casa”, dicen.

Apertura y comunicación

En la primera fase de la renovación integraron la cocina y el lavadero, antiguamente separados por un muro, lo que potenció el ingreso de luz natural desde el jardín trasero. Además, crearon una nueva conexión hacia el jardín de invierno. Una vez definida la morfología del ambiente, apostaron por un interiorismo que combina detalles actuales con un aire antiguo.

El otro cambio importante en la cocina fue el piso, que ganó personalidad con una trama geométrica en blanco y gris. Otra marca de estilo: el zócalo del mueble bajomesada es dorado, igual que los tiradores de las puertas.

Uno de los últimos cambios en la casa fue la incorporación de los azulejos estilo ‘Subway’ verdes en la alzada.

Por igual

“Una de las cosas que más nos interesó era que en la casa había dos cuartos iguales: tener habitaciones separadas era una de nuestras condiciones”, cuentan.

Pulmón interno

Nunca es una noticia feliz tener que cerrar una galería, pero en este caso, se convirtió en el sueño de muchos: “La casa era muy luminosa hasta que construyeron dos edificios a los lados. En ese momento, se decidió convertir la galería en un jardín de invierno, para cambiar el uso pero seguir aprovechando el espacio”, explican.

Para refrescar este espacio, pintaron de blanco los ladrillos vistos, además de los marcos de las ventanas, donde sumaron una cortina roller. Las plantas de interior, una manera de comunicar los sectores.

A futuro, tienen la idea de renovar el jardín. Empezaron por el piso de lajas en el fondo, donde armaron un rincón de descanso. “Nos gustaría tener una pileta o un jacuzzi, y una linda mesa con una sombrilla”, cuentan.

 

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