La Justicia de Uruguay condenó hoy al femicida de Lola Chomnalez a 27 años de prisión. El hecho ocurrió en diciembre de 2014. La fiscal Mariela Nuñez había solicitado 30 años de cárcel.

Lola Chomnalez, que tenía en ese momento 15 años, fue interceptada en la playa de Valizas, donde había comenzado las vacaciones con su madrina, el esposo y el hijo de él. Se cree que la atacaron una o más personas. En el expediente del caso consta que fue llevada hacia el lugar del crimen a la fuerza, ya que recibió un golpe y heridas punzantes con un cuchillo con sierra, similar a los de cocina. Poco después, el o los asesinos ultimaron a la joven. Luego enterraron el cuerpo, que fue encontrado por los hijos de un pescador en un lugar cubierto por ramas.

La mochila de Chomnalez fue hallada poco después. Los especialistas encontraron más tarde la muestra de ADN que pertenecía a Sena. El juez Juan Giménez condenó a Sena. El abogado de la familia de Lola dio la noticia en la red social X.

Constancia , trabajo en equipo y grandeza espiritual de la familia. Hoy pueden dormir con menos dolor. Se hace justicia en la condena emitida por Juan Giménez en el homicidio de Lola @jrwilliman @MelgarMarianela pic.twitter.com/EETrWKHcYy

— Jorge Barrera (@JorgeCBarrera) April 17, 2024

En 2022, la justicia uruguaya procesó a Sena con prisión preventiva. Tal como publicó LA NACION, Sena pretendió desligarse del caso y brindó un relato desincriminatorio. Sin embargo, la fiscalía del departamento de Rocha solicitó el procesamiento con prisión preventiva y el juez hizo lugar. “Hay pruebas más que suficientes”, señaló a LA NACION el abogado de la familia, Jorge Barrera.

Sena, de 39 años, fue detenido en la localidad de Chuy, en la frontera entre Brasil y Uruguay, donde trabajaba como panadero. El cotejo de muestras de análisis de ADN permitió su vinculación con el caso. Dado que el crimen ocurrió en 2014, atravesará el proceso en prisión, según lo estipulado en el anterior Código Penal, reformado en 2017.

Ante la fiscal, Sena se declaró inocente. Reconoció que estuvo en la escena de crimen en el balneario de Barra de Valizas, en el departamento de Rocha, pero negó tener algo que ver con su muerte. Contó que había encontrado la mochila de la joven en la arena y que solo robó dinero. Rechazó haber tenido otro tipo de contacto con ella.

También tuvo una explicación al hecho de que se haya encontrado su ADN en la mochila. Dijo que se había cortado previamente la mano y que, por ese motivo, cuando quiso apoderarse de las pertenencias, quedó un rastro de sangre. Para la defensa legal, la exposición “es inverosímil”.

Los investigadores encontraron que el ADN de Sena no estaba solo presente en los registros de la escena del crimen, sino que también estaba “mezclado” con el de Lola Chomnalez. Barrera fue categórico, en este punto: “No explica cómo es que estaban ambos ADN cruzados”.

El ADN de un familiar que estaba en prisión fue el que permitió conectar a Sena con la causa por el asesinato. La investigación sobre el ADN de un hombre “mezclado con la sangre de Lola” no había arrojado resultados satisfactorios hasta el momento. Solo había “coincidencias”, sobre las que se profundizó en el último tiempo.

Tras los primeros estudios, se avanzó con el cotejo “sobre el conjunto de personas que tenían un ADN similar al encontrado, pero que no coincidían totalmente”, según explicó el abogado. El análisis sobre las muestras permitió avanzar en las comparaciones y “descartar” a aquellos que no tenían relación. Así se llegó a un pariente de Sena, que lo ligó posteriormente al caso. “La coincidencia fue absoluta”, sostuvo Barrera.

 

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