Las dos derrotas consecutivas que ha sufrido el Barça esta semana en la Euroliga le han relegado a la cuarta posición después de haber vivido cómodamente en la segunda plaza la mayor parte de la temporada regular.
Pero eso ya es historia, y ahora el conjunto de Roger Grimau, ‘gracias’ a la victoria de Armani Milan sobre Fenerbahçe, ha logrado mantener la cuarta plaza, la última que te permite contar con ventaja de pista en los play-off. Y Habrá que defenderla con uñas y dientes.
Tras la decepcionante puesta en escena en Estambul, el Barça lo hizo mucho mejor en Atenas ante un Panathinaikos que tuvo controlado hasta el descanso. Luego, el equipo de nuevo perdió consistencia y el PAO pasó por encima para llevarse el triunfo y superar al Barça en la tabla.
Mirar hacia adelante
Mirar hacia atrás ya no conduce a nada. Hay que centrarse ahora en los tres encuentros que restan en esta fase regular y asegurar los tres, empezando por la visita al Bayern la próxima semana, superar al Maccabi en el Palau y cerrar una de las plazas con ventaja en la visita al defenestrado ASVEL Villeurbanne.
El Barça se ha ganado el derecho a defender una posición privilegiada al final de la fase regular y la tiene que aprovechar. Ya no valen excusas. Si este equipo tiene hambre de victoria, de regresar a la Final Four después de un verano convulso, ahora tiene la oportunidad de demostrarlo en este tramo final.
Un Barça que debe sacar el carácter, lograr que jugadores como Parker, Ricky o Satoransky vuelven a coger protagonismo, para alcanzar el objetivo de meterse entre los cuatro mejores y buscar plaza en la Final Four. Un mínimo que se le exige a un Grimau que también deberá dar el máximo con su staff para que acabe con éxito esta larga fase regular.
Un premio que el equipo se merece pero que ninguno de los equipos en la pugna le va a regalar nada, así que se acabaron las concesiones. Si el Barça quiere luchar por la Euroliga debe recuperar el orgullo y el hambre de victoria en tres jornadas de autentico infarto.
