La explosión del Maracaná hizo volar por el aire la estructura de la selección campeona del mundo. El estallido dejó los trozos desparramados y fue necesario juntarlos para sostener el proyecto albiceleste. Fue cuando Lionel Scaloni dejó la puerta abierta para irse de la selección en la conferencia de prensa posterior al triunfo por 1 a 0 ante Brasil. Con el transcurso de las semanas se calmaron las aguas, se acercaron las partes, se buscó unir cada pieza, se intentó buscar consenso y pulir las imperfecciones, porque por delante hay muchos los compromisos y objetivos a cumplir. El partido del próximo viernes frente a El Salvador en Philadelphia, el primero de la gira del conjunto nacional, marca el comienzo deportivo de 2024 rumbo a la Copa América. Asu vez, es el primer encuentro público del plantel que hizo historia en Qatar 2022. Pero detrás del brillo que implica reunirlos, es necesario comprender que este proceso que alcanzó la gloria, después de aquel clásico con Brasil y el sacudón de las palabras de DT que pusieron en duda su continuidad en el cargo, es un jarrón que se estrelló contra el piso y se volvió a pegar. Que luce en buen estado, pero como todo lo que se arregla después de que se rompe…

El clima que se respira en el lobby del hotel The Ritz-Carlton es el mismo de siempre. No quedan rastros de aquellos convulsionados últimos días de 2023. No al menos públicamente. El arranque de los entrenamientos del equipo en los Estados Unidos implica la reconfiguración del grupo y volver a empaparse del universo selección. Este martes se completó el plantel, se sumaron los últimos futbolistas y se oficializó la ausencia de Lionel Messi por una lesión para estos dos amistosos: El Salvador y Costa Rica, el próximo martes.

#SelecciónMayor Los dirigidos por Lionel Scaloni comenzaron con la primera sesión de trabajos en #Filadelfia.

¡Arrancando, nomás! 😝 pic.twitter.com/9YTDy6mRpz

— 🇦🇷 Selección Argentina ⭐⭐⭐ (@Argentina) March 18, 2024

Se planifica como siempre, se piensa en qué equipo jugará en el primer encuentro, cuál será la formación para el segundo, si dispondrá de mayoría de campeones del mundo ante el juego en Philadelphia o lo hará en Los Angeles. Se habla de la nueva indumentaria, de la ausencia del capitán, de las lesiones de Paulo Dybala, de Exequiel Palacio, de las convocatorias de Valentín Barco y Nicolás Valentini, de las chances de ser titular de Alejandro Garnacho…

Ahora bien, lo que realmente está en discusión es cuál es la fecha de vencimiento real de este proyecto que tiene a Lionel Scaloni como entrenador de la selección. Porque si bien el DT tiene un contrato hasta la Copa del Mundo de 2026, en la intimidad nadie se atreve a asegurar que el ciclo pueda completarse. El entrenador y el presidente de la AFA, Claudio Tapia, se reunieron en un par de oportunidades para limar asperezas y hasta estuvieron juntos en Pujato, alejados de las cámaras y las luces. También es real que Scaloni habló con Lionel Messi para aclarar lo que sucedió aquella noche en Brasil, pero lo que quedó después de todas esas charlas es que se pudo componer la situación y que el proyecto sigue en pie. Pero todos, en la intimidad, tienen claro que la situación es un tanto endeble cuando se piensa más allá de la Copa América que se disputará en los Estados Unidos.

Y no se trata de un resultado deportivo, porque el staff técnico de la selección argentina está blindado después de lo conseguido en Qatar. Lo que importa de ahora en más es cómo sostener todo lo construido. Scaloni esperaba contar este mes con dos rivales de fuste para comprobar una medida real del nivel del grupo, pero se escapó la chance de organizar un cruce con Inglaterra (jugará ante Brasil), se frustró una gira por Asia con Costa de Marfil y Nigeria como rivales -en su condición de finalistas de la Copa Africana de Naciones-, y la realidad muestra hoy que el plan mutó forzosamente en un aterrizaje en los Estados Unidos, con dos duelos ante rivales de tercer orden.

Es cierto que Tapia y Scaloni charlaron acerca de los motivos que dispararon la furia del entrenador; determinaron que era necesario calmar las aguas y dejar públicamente claro que todo volvería a estar en orden en la selección argentina. Sin embargo, no se logra plasmar la idea del técnico de “refundar” el grupo después de la cita continental de 2024, ya que no parece totalmente respaldada por el mandamás del fútbol argentino. Algunos de los que están cerca de la intimidad de la selección aseguran que la palabras “tacto”, “muñeca”, “cintura” aparecieron en varias oportunidades en el discurso del presidente de la AFA a la hora de abordar este asunto de asumir nuevos retos para el grupo de los campeones del mundo.

Lee el técnico que aquello que planificó y propuso respecto de estar a la altura de lo logrado en Doha y que era la misión más importante para este grupo, lo encontró en los primeros meses de 2023, pero el brillo encandiló a algunos, confundió a otros y se volvió un poco más complejo tener a todos siempre en la misma sintonía. Se tomaron como detalles de ajuste y parte de la tarea de la conducción volver a tener al grupo enfocado, pero para ello es necesario contar con un total respaldo a la hora de tomar decisiones.

También Scaloni necesitó tener una charla con su capitán. El peso de las palabras de Lionel Messi es determinante para la salud de la selección argentina. Se entendieron rápidamente respecto a lo sucedido en Brasil, se aclaró el escenario de cara a 2024, se habló del post Copa América y el rosarino le manifestó al DT que acompañará como siempre el proceso. El capitán argentino escuchó nuevamente las ideas del cuerpo técnico para todo el recorrido hasta la Copa del Mundo de 2026, estuvo atento a los cambios que proyectan para potenciar al equipo y se enfocó en un mensaje casi exclusivo: “El grupo es lo más importante”.

Pero nadie quiere tocar todos estos temas. Parecen haber acordado, sin decirlo, dejar atrás lo sucedido. Se enfocan todos en mover las piezas para que 2024 no evidencie las heridas de 2023. Estos primeros contactos con el grupo le sirven nuevamente al staff técnico para determinar cuáles son las sensaciones de todos. Esperan íntimamente que el capitán pueda presenciar alguno de los partidos, ya que apenas son dos horas de vuelo entre Florida y Philadephia. Lo sienten como una señal más de paz después de todo lo sucedido en Brasil. Nadie del entorno de Messi se atreve a dar certezas de esa presencia, hablan de que quiere enfocarse en su recuperación y estar con su familia, pero todos saben que sería muy importante que, al menos, esté en uno de los dos encuentros.

Entonces, este arranque en los Estados Unidos implica el primer paso de un año en el que nadie quiere que el jarrón se vuelva a caer. Todos saben que volver a pegarlo y que quede bien ya será una misión imposible.

 

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