A Jorge Enrique De Marco, el empresario asesinado en su casa de Las Lomas de San Isidro, lo mataron a golpes. Los delincuentes que lo sorprendieron en su habitación le fracturaron dos costillas que le produjeron un neumotórax y una broncoaspiración.

Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales al tanto de la autopsia realizada en la Morgue Judicial de San Fernando.

Antes de conocer el adelanto de la autopsia, una fuente de la investigación había explicado: “A simple vista, el cuerpo no presentaba heridas de armas de fuego. Sí, las marcas de golpes en la cabeza y en el rostro eran claras y contundentes”.

De Marco tenía 65 años y vivía solo en una casa situada en San José 86, en Las Lomas de San Isidro. El homicidio fue descubierto ayer después de que un amigo de la víctima, preocupado porque no le respondía los mensajes de WhatsApp y las llamadas telefónicas, decidió entrar en el inmueble con el juego de llaves que tenía y encontró el cuerpo atado de pies y de manos en una habitación de la planta alta. El cuarto estaba todo desordenado.

A partir del hallazgo de un balazo en la habitación de la víctima, que tenía 65 años, los detectives judiciales y policiales que investigan el homicidio sostienen la hipótesis de que la víctima intentó defenderse y alcanzó a disparar un tiro. Pero superado numéricamente por los agresores, no pudo evitar que lo redujeran y lo golpearan hasta matarlo.

La víctima fue instructor de tiro y ganó campeonatos de tiro práctico y deportivo. Su otra pasión era la protección de los animales, sobre todo de los perros: fundó y presidió el Centro de Prevención de Crueldad al Animal (CPCA).

Luego de escuchar la declaración de Susana Dascalaky, la novia de la víctima, que no estaba en la casa en el momento del crimen, se cree que los ladrones robaron armas, joyas y un teléfono celular, entre otros equipos electrónicos.

Hasta el momento, los investigadores no pudieron determinar cuántas armas faltan en la casa. Por este motivo, los responsables de la pesquisa solicitarán informes a la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) con el objetivo de establecer si la víctima era legítimo usuario de armas y cuántas armas tendría registradas a su nombre.

La investigación está a cargo de la fiscal de San Isidro Carolina Asprella, funcionaria judicial que tiene la colaboración de detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro y personal de la Superintendencia de Seguridad Región AMBA Norte I.

En principio, los investigadores sospechan que fueron cuatro los delincuentes que irrumpieron en la casa de la víctima y creen que ingresaron por la ventana de la habitación donde dormía el empresario, que según registros oficiales se dedicaba a servicios inmobiliarios realizados por cuenta propia, con bienes urbanos propios o arrendados.

“Antes de irrumpir en el cuarto donde dormía la víctima, los delincuentes forzaron la ventana de otra habitación, pero no pudieron abrirla. Suponemos que ingresaron por la ventana de la habitación donde dormía la víctima porque encontramos corrido el mosquitero”, dijo una fuente de la causa.

Según registros oficiales. De Marco se dedicaba a servicios inmobiliarios realizados por cuenta propia, con bienes urbanos propios o arrendados. Un vecino dijo a LA NACION que vivía de las rentas de los locales comerciales que había heredado de sus padres.

 

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