Los llamados superalimentos son una fuente de nutrientes con innumerables beneficios para la salud. Se denomina así a aquellos ingredientes, generalmente de origen vegetal, que ofrecen un plus a la alimentación cotidiana y favorecen al buen estado del organismo.

Es el caso de la moringa, una planta originaria de la India y otras partes del sur de Asia, conocida por sus impresionantes propiedades nutricionales y medicinales. Con múltiples beneficios antienvejecimiento y para la salud en general, esta planta es conocida por su alta concentración de nutrientes esenciales.

Qué es y para qué sirve la moringa

Usada tradicionalmente en la medicina herbal para tratar una variedad de dolencias (problemas digestivos, inflamación, diabetes y enfermedades cardíacas), la moringa tiene además propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que pueden ayudar contra el daño celular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.

Cultivar moringa en casa es relativamente fácil, ya que es una planta resistente que puede crecer en una amplia variedad de condiciones climáticas y tipos de suelo. Y si bien prefiere climas cálidos y soleados, tolera temperaturas más frías si se protege adecuadamente.

El valor nutricional de la moringa

Las hojas de moringa son una excelente fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes, incluyendo vitamina C, vitamina A, hierro, calcio y potasio.

Para ser específicos, posee 25 veces más hierro que la espinaca, 17 veces más calcio que la leche, 15 veces más potasio que las bananas y 12 veces más vitamina C que las naranjas. De hecho, es el vegetal más nutritivo descubierto hasta la fecha, ya que de él se aprovecha todo, desde la corteza hasta las hojas.

Además, este superalimento corre con la ventaja de que se puede consumir de distintas maneras: tanto en su formato original, como desecado y en forma de polvo en suplementos.

Qué daño puede hacer la moringa

Por más que se trate de un suplemento natural, antes de consumir moringa o cualquier otro compuesto desconocido hay que consultar con el médico.

Puntualmente, en el caso de la moringa, se desaconseja su consumo en quienes están medicados con fármacos como levotiroxina u otros para el tratamiento de disfunciones en la glándula tiroides. Tampoco la deberían incluir quienes tienen diabetes o toman una medicación en forma crónica. Siempre será un profesional de la salud el único que puede autorizar el consumo de cualquier nutracéutico, aunque este sea de venta libre.

 

Facebook Comments