En el contexto de crisis económica caracterizada por una inflación todavía por encima de los dos dígitos (13,2% en febrero) y la licuación de los ingresos, que experimentan meses de fuerte atraso, el último Index del Mercado Laboral de Bumeran relevó que el salario promedio pretendido por los empleados alcanzó, en febrero, los $600.705.

El número implica un incremento del 17,45% respecto del mes anterior ($510.935 mensuales), lo que podría mostrar una previsión respecto del aumento de los precios y el impacto en los bolsillos. Sin embargo, los datos también determinaron que la pretensión interanual se disparó un 161,42%, lo que la posiciona muy por debajo de la inflación que, punta a punta, según los últimos datos publicados por el Indec, fue de 276,2%, el valor más alto desde marzo de 1991 (287,3%), y una diferencia de 114 puntos porcentuales.

Cabe destacar que el último dato de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) es de enero, y que marcó un salario promedio de $555.269, un aumento interanual de 175%, por encima de la pretensión relevada entonces por Bumeran.

La tendencia interanual se refleja también en los datos de lo que va del año: en los primeros dos meses de 2024, el IPC acumuló un 36,6%, mientras que la remuneración pretendida solo se incrementó un 22,87%.

El promedio de la pretensión varía según el puesto al que se aplique. Así, para las posiciones jerárquicas —supervisor y jefe—, por ejemplo, este fue de $795.076, un aumento del 17,76% respecto de enero, mientras que en las categorías semi senior y senior, fue de $629.305 (un 17,74% más que el mes anterior), y en el nivel junior, de $407.434 (una suba del 15,85%).

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En el segmento de “jefe/supervisor”, el salario pretendido más alto fue en el área de Tecnología de la Información ($1.797.500), mientras que en el de “senior/semi senior”, esto se dio en las postulaciones a Ingeniería Industrial ($1.200.000). En el caso del segmento “junior”, Ingeniería de Procesos registró la pretensión más alta ($712.500).

Las posiciones con los sueldos promedio pretendidos más bajos fueron Mantenimiento y Limpieza, tanto en el sector junior como senior y semi senior, y Caja para el de supervisor o jefe.

También se observaron diferencias entre los sueldos buscados por hombres, que en promedio fueron de $638.885, y por mujeres, que pretendieron $558.110, una diferencia del 14,47%.

Los datos surgen luego de que el Indec también estableciera los valores de la canasta básica alimentaria (CBA) y de la canasta básica total (CBT) de febrero, que, como la inflación, tuvieron una desaceleración, aunque con límites para el nivel de pobreza todavía muy altos, ya que una familia tipo debió contar, el mes pasado, con $690.902 para no ser pobre.

Como explicó Claudio Caprarulo, director de Analytica, en otra nota para LA NACION, “a la evolución del costo de la canasta hay que analizarla más que nunca con la del salario y con el contexto del nivel de empleo”. Además, según su consultora, “con la aceleración de la inflación aumentó la relevancia de los ingresos de los asalariados”, por lo que, en el actual contexto, las paritarias resultan el mejor mecanismo de defensa ante la duda de cuándo habrá una recomposición salarial, que los especialistas estiman que podría suceder a partir del segundo semestre, si acompaña una mayor desaceleración del IPC.

Además, según el último informe semanal de LCG sobre esta cuestión, “una familia con ingresos equivalentes a dos salarios mínimo vital y móvil ($180.000 al mes) alcanzaría a cubrir apenas la mitad de la canasta básica total, cayendo en situación de pobreza”.

Mercado laboral

La contracara a esta situación son los datos de la Encuesta de Expectativas de Empleo de ManpowerGroup, que mostró una caída en las perspectivas de contratación de personal para el segundo trimestre de este año por parte del sector privado: el 32% de los empleadores apuntan a achicar la grilla, frente a un 33% que planea aumentarla. La expectativa neta de empleo muestra un valor de +1, que implica una baja de un punto respecto del trimestre anterior, pero de 14 puntos medida contra el mismo trimestre del año pasado.

“Observamos que se avecina un trimestre con baja actividad económica, que podemos verlo reflejado en debilitamiento de la ENE [Expectativa Neta de Empleo] respecto del trimestre anterior”, advirtió Luis Guastini, director general de la empresa.

Con estos resultados, la Argentina quedó en el último lugar del ranking regional de expectativas de contratación, y por encima de Israel y Rumania en la comparación global.

ManpowerGroup estableció que tres de las nueve actividades económicas relevadas en la Argentina exhiben proyecciones positivas para el segundo trimestre: Tecnología e Información (con una suba del 11%), Finanzas y Real Estate (4%), e Industrias y Materiales (1%).

Por otro lado, Servicios de Comunicación, Bienes y Servicios de Consumo, y Energía y Servicios Públicos reportaron expectativas de contratación nulas.

También en el informe de LCG analizan la proyección del mercado laboral en lo que vendrá: “En base a los datos del EMAE, la actividad se contrajo 1,9% promedio respecto al trimestre anterior, pero con una baja acumulada del 3,2% desestacionalizado en los últimos dos meses. Esto implica menor creación y cierta pérdida de empleo. Los puestos de trabajo registrado que crecían a importantes tasas comenzaron a mostrar cierta merma en el crecimiento desde mediados de año [2023], anticipando lo que podría ocurrir en el mercado de trabajo general. En paralelo, en un contexto inflacionario que lleva a la caída del poder adquisitivo, la oferta laboral (PEA) podría haberse incrementado ante la necesidad de complementar ingresos por parte de los hogares. Por ello, esperamos una tasa de desocupación cercana al 7%, 1,3 pp más que el trimestre anterior y 0,7 pp más que un año atrás”.

 

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