“No hay consenso”. Con esa frase, varios de los referentes del radicalismo en el Senado resumieron la falta de acuerdo sobre qué postura tomar en relación con el megadecreto de Javier Milei, que esta tarde tuvo su primer revés parlamentario. La fractura del bloque UCR en la Cámara alta es por demás sonora si se considera que quien optó por separarse del resto de sus compañeros de bancada es nada más ni nada menos que el presidente nacional del partido, Martín Lousteau.

Lo hizo junto al fueguino Pablo Blanco, que dudó de despegarse de la mayoría. En tanto, el titular bonaerense del espacio, Maximiliano Abad, se abstuvo. Los otros diez integrantes de la bancada apoyaron la medida del Ejecutivo que desregula numerosas áreas de la política y la economía. El costo de sentarse junto al kirchnerismo mientras se lo combate discursivamente gravita en las decisiones de la dirigencia de la UCR.

Después de adelantar su voto, el senador citó en su discurso a uno de los emblemas correligionarios para argumentar su postura. “Raúl Alfonsín decía que en democracia las formas son el fondo. Insisto: el DNU es ilegal. Los que se llenan hablando de instituciones, hoy miran para el costado y defienden algo que es inconstitucional a todas luces”, chicaneó. Y tras marcar las contradicciones del Presidente advirtió: “Los que avalan esta herramienta hoy están creando un monstruo. Aquellos que se visten con Alfonsín les recomiendo que lo lean”.

Esta escisión marca un quiebre en el radicalismo, donde el culto a sus mecanismos institucionales de diálogo y la priorización de la búsqueda del consensos es parte de los cimientos de su base ideológica. De hecho, el senador fueguino, Pablo Blanco, que terminó escoltando a Lousteau en el rechazo, teorizó sobre estos debates internos durante su intervención en el recinto.

“No comparto para nada el decreto y para mí no reúne los requisitos que tendría que reunir, pero yo voy a hacer lo que mi bloque decida independientemente de mi decisión personal. Me genera dudas cómo quedaré ante mi propio bloque y ante mi propio partido. Y las dudas que me genera ir en contra de lo que estoy convencido como radical, que es que este DNU es anticonstitucional”, analizó el fueguino.

Los roces entre quienes quienes buscan sostener el armisticio planteado por el Presidente y aquellos críticos de las medidas del Gobierno se hilvanan desde el momento en que comenzó a tratarse en la Cámara de Diputados el proyecto de ley ómnibus enviado por el Poder Ejecutivo. A pesar de la voluntad de achicar la brecha entre la postura de líder del partido y aquella referenciada con los gobernadores, que miran el Pacto de Mayo como la herramienta que traerá alivio fiscal a sus provincias, las diferencias no pudieron conciliarse y hoy quedaron una vez más expuestas.

“No es el momento de rechazar, es el momento de apoyar. El rechazo es un mensaje que rasguña la esperanza de los argentinos y necesitamos trabajar para que la esperanza se convierta en una realidad”, fue el mensaje del correntino Eduardo Vischi, presidente del bloque radical en la Cámara baja con terminales directas con el gobernador Gustavo Valdés.

“La dirigencia está en otra sintonía”, sumó a LA NACION un diputado cercano al gobernador mendocino, Alfredo Cornejo, sobre la actitud refractaria de Lousteau con el Gobierno. Los cinco mandatarios provinciales de la UCR priorizan la paz con el Poder Ejecutivo y hacen equilibrio cuando el Presidente los ataca directamente.

Según pudo saber este medio, los radicales Valdés (Corrientes), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Leandro Zdero (Chaco) y Cornejo, se reunieron por zoom la semana pasada junto a los jefes de bloque y sus vices del Senado y Diputados. En esa cumbre, de la que no participó Carlos Sadir (Jujuy), pidieron a los legisladores “no ser un obstáculo para el Gobierno”.

Fue en la antesala de una semana caliente en el Congreso, donde las discusiones en cada una de las Cámaras pusieron a prueba la nueva ventana de diálogo que abrió la administración libertaria. ¿Seguirá vigente el Pacto de Mayo después del rechazo del DNU en el Senado? Fue una incógnita que los gobernadores radicales trataron de evitar.

Milei se encargó de mostrar su fastidio ante la posibilidad de un nuevo traspié legislativo. Fue especialmente duro con sus críticas a Lousteau, a quien le enrostró su paso por el kirchnerismo a través del retuit de un posteo de Joaquín Benegas-Lynch en el que responsabilizó al senador de “la decadencia argentina“ y lo ubicó “del lado inmoral” del país.

Uno de los responsables de la decadencia argentina, el camaleónico @GugaLusto, ministro kirchnerista, luego socialistoide verde, hoy con disfraz de lo peor del radicalismo, lejos de la tradición liberal de Alem, único radical que voto en contra. Del lado inmoral de la Argentina. pic.twitter.com/i8tpqz4ibX

— Joaquin Benegas-Lynch (@joacobl75) March 14, 2024

El senador chaqueño Víctor Zimmermann, en sintonía con Zdero, se expresó en línea con los intereses provinciales y puso el foco en la coyuntura para el tratamiento de esta medida. “En un gesto de madurez política, los 24 gobernadores asistieron a la reunión de la Casa Rosada. Insisto: ¿Será este el momento adecuado para dictaminar sobre esta norma?”, consideró.

La definición de no quebrar la armonía penetró en un grupo mayoritario del bloque de Diputados, que evitó aportar el quórum para iniciar el debate sobre la actualización de la fórmula previsional, que el oficialismo logró postergar. Solo cinco de los 34 legisladores conducidos por el cordobés Rodrigo de Loredo se apartaron de este camino. Un regalo para el jefe de bancada, quien respiró aliviado frente a la posibilidad de que casi la mitad de su tropa le diera la espalda.

Documento del Comité Nacional y la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical. pic.twitter.com/SBNUwzcynR

— Unión Cívica Radical (@UCRNacional) March 11, 2024

La alarma se encendió cuando la mesa ejecutiva del Comité Nacional y de la Convención Nacional, que conduce Gastón Manes, emitió un comunicado por el que se exigió cumplir “con apego absoluto a la letra y el espíritu de la Constitución Nacional a los efectos de preservar los valores rectores de nuestra democracia y el principio republicano de la división de poderes”. Solapadamente, hicieron referencia al DNU 70/2023 y, se especuló que, bajo este amparo partidario, muchos justificarían su rechazo.

Se abrirá un nuevo capítulo en Diputados, hacia donde será remitida la norma para terminar de definir su suerte. Es que para que el DNU pierda vigor se necesita del rechazo expreso de ambas Cámaras. Habrá que mirar de cerca a Facundo Manes, referente del ala dura del radicalismo frente al Gobierno, que podría ser acompañado por Pablo Juliano (Buenos Aires), Pedro Galimberti (Entre Ríos), Marcela Coli (La Pampa) y Fernando Carbajal (Formosa) para oponerse al decreto. Ninguno de estos legisladores tiene en sus pagos chicos un gobernador de su partido que les marque el camino.

 

Facebook Comments