Los pingüinos barbijo (Pygoscelis antarcticus) se encuentran en la Antártida. Viven en grupos, lo que nos permite hacer composiciones creativas, con varios sujetos que se relacionan entre ellos. Y no nos podemos olvidar del increíble fondo con el que contamos para nuestra fotografía: la nieve, no solo explica el lugar donde viven, sino que también enfatiza el color y la forma de estos animales.

Para nuestra toma, hemos trabajado en la composición y la creatividad, bajo la máxima de que a veces, lo más efectivo es la sencillez. Eso sí, tenemos que estar muy concentrados para colocar en el encuadre a los sujetos y jugar con el movimiento de los protagonistas para que todo fluya en la imagen final.

Para lograr esto, lo mejor es utilizar el disparo de ráfaga, ya que un milímetro en la posición de los pingüinos puede ser lo que marque la diferencia en el resultado final.

Y ten presente que si componer con un sujeto es un reto, la cosa se complica todavía más cuando tratamos de componer con dos sujetos que se mueven libremente. Necesitamos que los dos estén tal y como queremos: en planos focales diferentes pero en posición paralela a nosotros y manteniendo la visual de uno de los ojos.

La dirección de la mirada de los dos pingüinos es la misma. El de la izquierda, que es el que esta foco, está situado en un punto de interés visual; y el de la derecha le sigue en desenfoque. Esto despierta la sensación de un desdoblamiento, pero con un leve desplazamiento hacia abajo, que rompe el ritmo y forma una sintonía perfecta entre los dos.

Los datos de la toma son ISO 200; f/6,3; 1/3200 seg; distancia focal 840 mm; cámara réflex formato completo; lente fija 600 mm; multiplicador x1.4

Si tienes una cámara muy moderna, el foco puede seguir automáticamente al ojo del pingüino elegido. Pero nosotros hemos empleado una cámara réflex sin esta opción. Si también es tu caso, tendrás que utilizar el joy stick del enfoque y seguir también el ojo del pingüino, pero de forma manual.

Otro de los grandes desafíos para esta toma es la luz. De por sí, es un espacio muy luminoso, donde el brillo se multiplica por el reflejo de la nieve. En consecuencia, sobreexponemos la medición +1 para obtener unos blancos perfectos (ni azules, ni grises). Medir correctamente es la clave, porque si no, será muy complicado arreglarlo luego.

Por último, en cuanto al desenfoque del fondo, una lente fija de 600 milímetros te dará la calidad suficiente para realizarlo. ¡Y dos consejos más! Recuerda que siempre hay que pensar con rapidez qué queremos hacer, ya que la acción no se detiene, y que también siempre, hemos de intentar tener en la cámara la fotografía más perfecta posible, para facilitar la edición.

Y no te preocupes, porque aunque posiblemente toda esta situación suceda en segundos, cuando observes la serie de fotografías verás aparecer la ideal.

 

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