PARÍS.– Un día después de haber sido elegido triunfalmente con casi el 90% de los votos para un quinto mandato presidencial, Vladimir Putin prometió “el retorno a la patria” de los territorios ucranianos ante miles de moscovitas reunidos en la Plaza Roja. Su elección, denunciada por algunos como “la más fraudulenta y corrupta de la historia de Rusia”, ha provocado la condena de Occidente y el aplauso de los regímenes autoritarios del planeta.

“La muerte de Alexei Navalny y la prohibición de todos sus opositores impiden felicitar a alguien cuya elección está rodeada por la muerte de aquellos que lucharon por el pluralismo en Rusia”, declaró el presidente francés, Emmanuel Macron.

Las mismas condenas habían llegado de numerosas capitales occidentales anoche, apenas se conocieron los extravagantes resultados de los comicios, con cifras dignas de una republiqueta: 87,28% de votos para Vladimir Putin, entre 4% y 3% para los otros tres candidatos que fueron autorizados a participar.

La lista de esas condenas es larga. Polonia, Italia, Noruega, Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos… Sin olvidar la denuncia conjunta de 50 países en el marco de las Naciones Unidas, entre ellos Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Australia o Corea del Sur, condenando “en los términos más firmes” la organización de elecciones rusas en los territorios ucranianos ocupados por Moscú.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó “los esfuerzos de la Federación de Rusia de organizar su elección presidencial en las regiones de Ucrania ocupadas”, a través de su vocero, Stéphane Dujarric. También recordó que “el intento ilegal de anexión de esos territorios ucranianos no tiene validez para el derecho internacional”.

“Fue un proceso increíblemente antidemocrático”, afirmó Vedant Patel, vocero del Departamento de Estado norteamericano. “Se puede decir que probablemente no habrá felicitaciones por parte de Estados Unidos”, ironizó.

La elección rusa “no ha sido libre y justa”, pues se fundó “en la represión y la intimidación”, declaró a su vez Josep Borrell, el alto representante de la Unión Europea para las Relaciones Exteriores.

Con términos aun más crudos, Golos, organismo independiente ruso de control electoral indicó ayer que las elecciones fueron “los comicios más fraudulentos y corruptos en la historia del país”.

“La campaña se desarrolló en una situación donde los artículos fundamentales de la constitución rusa, que garantizan los derechos y libertades, no estaban en vigor”, afirmó la estructura en un comunicado, agregando que “jamás, antes, habíamos visto una campaña presidencial tan alejada de las normas constitucionales”.

Festejo en la Plaza Roja

Insensible a esas críticas, Putin festejó anoche en la célebre Plaza Roja junto a miles de rusos los diez años de la anexión de Crimea. “Juntos avanzaremos. Todo esto es gracias a ustedes”, declaró el jefe del Kremlin, acompañado por sus tres adversarios en la presidencial.

“El retorno a la patria resultó más difícil, más trágico… Pero lo conseguimos. Y es un gran acontecimiento en la historia de nuestro Estado”, declaró.

Según numerosos corresponsales extranjeros, los rusos fueron “seriamente” incitados a ir a la Plaza Roja para celebrar la victoria de Putin. Paul Gogo, corresponsal de la cadena francesa BFMTV, afirmó que los empleadores, sobre todo de los servicios públicos y de las grandes empresas, presionaron a sus asalariados para que asistieran al espectáculo.

“Los rusos se sacan fotos y comparten su geolocalización para mostrar que han ido”, afirma Gogo, mencionando la cantidad de colectivos puestos a disposición de la gente para transportarlos.

Aliados

Las condenas occidentales tampoco disuadieron a los aliados del Kremlin que, desde China hasta Cuba, pasando por Irán y algún otro país de América Latina, se congratularon por el triunfo de Putin.

“Vuestra reelección prueba el pleno apoyo de los rusos”, estimó el presidente chino, Xi Jinping, mientras su Ministerio de Relaciones Exteriores aseguraba que las relaciones bilaterales en el marco de la “cooperación estratégica global seguirán progresando”.

Desde Corea del Norte, Kim Jong-un estimó que los electores rusos demostraron su “apoyo inquebrantable” a Putin, mientras que el primer ministro indio, Narendra Modi, lanzó un llamado al autócrata ruso para “reforzar aún más en el futuro la asociación duradera, especial y privilegiada entre la India y Rusia”. El presidente iraní, Ebrahim Raisi, felicitó “sinceramente a Vladimir Putin por su sólida victoria”, según la agencia oficial Irna.

En América Latina tampoco faltaron los dirigentes que se apresuraron a enviar mensajes de congratulación. Ese fue el caso de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia.

Pero, si bien los exorbitantes resultados sugieren una consolidación del poder de Putin, “estos comicios también registraron un nivel de compromiso de la sociedad civil nunca visto desde las manifestaciones masivas del invierno 2011-2012″, destaca ayer el periódico ruso-anglófono independiente The Moscow Times.

Símbolo de esa participación fue la respuesta al llamado a protestar de los líderes de la oposición de la diáspora rusa, que hizo colas interminables frente a las embajadas rusas en el exterior.

“Tampoco hay que olvidar que Vladimir Putin no llegó primero en ninguna oficina de votación del extranjero. Con escasas excepciones (en Grecia y en Italia), los votantes prefirieron al candidato más ‘liberal’, aunque no menos pro-Putin, Vladislav Davankov”, señala Claude Blanchemaison, exembajador francés en Moscú

 

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