Lo único que vale en el fútbol es el último resultado y los dos últimos resultados del Barça son excelentes, tanto que salvan el objetivo de mínimos que el club se había impuesto en los malos momentos, los cuartos de final de la Champions y la clasificación para la próxima máxima competición europea, que hubo un tiempo que se ponía en duda. En este escenario, Xavi no para de recordar que anunciar su salida del club el 30 de junio ha sido la palanca que ha impulsado al equipo. Y tiene razón, los números no admiten discusiones.
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Con la perspectiva del tiempo y del transcurrir de los acontecimientos, puede que incluso Xavi visualizara los efectos de su decisión más allá del azar de los resultados. Creo que la estrategia de Xavi le ha permitido desbloquearse a sí mismo más que a los propios jugadores. Sabedor de que ya nadie le podrá echar porque el que se ha echado es él, se ha quitado la presión que el club y el entorno pudieran ejercer sobre su figura. Ni consejos ni cambios de convocatorias ni dudas sobre algunos jugadores que pudiera intuir que gozaban del favor de Deco o de Laporta.
A partir de ese momento, decide sin injerencias ni dudas, que si no existían a veces lo parecía. Y así, ha hecho piña con los jugadores, a los que defiende ante la prensa o las decisiones arbitrales aunque le cuesten expulsiones. Es más, mejor así, más reforzado sale como líder del vestuario. El equipo se ha comprometido con un entrenador comprometido con ellos, algo que antes no estaba tan claro. Este era su objetivo y parece que lo ha logrado. Felicidades.
